Se llamó “Marisol” y fue el regreso de Erika Buenfil a las telenovelas luego de cinco años de ausencia.
Era un melodrama clásico con una protagonista de alma buena pero condenada por un pasado del que parece que no puede escapar.
“Marisol” fue producida por Juan Osorio, quien le dio a Eduardo Santamarina su primera oportunidad como actor protagónico. Su personaje era el ed un joven artista, bohemio y soñador al que le apasiona el dibujo y la pintura.
Un día conoce a Marisol y queda enamorado pero con una duda: ¿Por qué ella no permite que le quite el mechón de cabello con el que siempre cubre el lado izquierdo de su cara.
El romance misterioso
Surgió entonces un amor que se ha convertido en un misterio del que no quieren revelar muchos detalles.
“Fue ahí pues... un amor de telenovela”, dice Buenfil cuando le piden recordar la historia de aquel romance.
En su tiempo, sin embargo, fue un noviazgo que provocó incluso rumores de que tenían planes de vida juntos.
“Éramos jóvenes, él muy hermoso, yo también”, dice la actriz para tratar de explicar por qué fue un romance tan sonado en su época.
“Marisol” fue un éxito de audiencia tan grande que fue una de esas telenovelas que tuvo una segunda parte hilada con la historia original.
Erika y Eduardo, sin embargo, no lograron que su amor superara la barrera que significa alejarse después del final de la telenovela.
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Santamarina, aunque también ha confesado que se enamoró de Buenfil durante las grabaciones, también ha aclarado que en realidad la parte mayor de su relación fue de aprendizaje.
“Érika ya era una gran actriz, reconocida. Entonces ella me ayudaba, me cobijaba, no sabes cómo me ayudó”.
Al final, Erika cuenta que no fue un romance que marcara su vida sino que, por el contrario, lo tiene solamente como un recuerdo hermoso.