El concierto de Juan Gabriel en el Palacio de Bellas Artes fue apoteósico.
“Es el momento cumbre de Juan Gabriel”, se dice en el documental de Netflix “Debo, puedo y quiero”, donde se narra el largo y complejo proceso por el cual el Divo de Juárez logró llegar a ese escenario.
Se enfrentó, entre otras cosas, a la oposición de intelectuales de la época, al sindicato de trabajadores del INBA que amenazaron con una huelga, a las críticas de directores de orquesta como Luis Herrera de la Fuente quien de plano se negó a dirigir para Juanga.
Verlo en escenario con cuatro conciertos de boletos agotados inspiró a muchos otros cantantes, incluyendo a Luis Miguel, quien sintió que también tenía los suficientes méritos para replicar la hazaña de Juan Gabriel.
Pero no pudo.
¿Quién impidió que Luis Miguel cantara en Bellas Artes?
Alberto Tavira, periodista especializado en la prensa del corazón de los políticos mexicanos, tiene la respuesta de primera mano, pues tuvo en su podcast a Gerardo Estrada, quien en ese tiempo era director del INBA.
“Gerardo me confiesa que él no permitió a Luis Miguel cantar en el Palacio de Bellas Artes. Lo que decía es que no estaba a la altura para ese escenario”.
El Luis Miguel de aquella época es el que triunfó de manera masiva con sus “Romances”, de “Aries”, del artista que celebra 20 años de éxitos.
Ese aniversario precisamente parecía el pretexto ideal para levantar el famoso telón de cristal de 22 toneladas con la imagen de las cumbres nevadas del Valle de México.
Pero Gerardo Estrada pensaba diferente.
“He sido de los que piensa que cada cosa en su lugar y que el tipo de espectáculo que hace popular sí merece estar en Bellas Artes, pero sólo con artistas muy consagrados. Todavía era muy joven en ese momento”, dijo Estrada en el podcast “Luis Miguel, ¿culpable o no?”, con Tavira.
¿Dónde sí pudo cantar Luis Miguel y cómo?
Lo que consiguió, cuenta el periodista, es el permiso para grabar dos videoclips, uno de ellos en la butaquería de las gradas y el otro aún más lejos del escenario: en la plazoleta de Bellas Artes. Es decir, afuera.
Así que lo que se ve en el videoclip de “El día que me quieras” es precisamente esa locación, en donde se proyectan sombras de dos bailarines sobre los muros del Palacio... por fuera, siempre por fuera.
De acuerdo con Alberto Tavira, para Luis Miguel eso fue “un golpe durísimo en el ego”.