Se llama Pita. Bueno, en realidad su nombre completo es “Lupita” y el 12 de diciembre estaba en el atrio de la Basílica de Guadalupe perdida, hambrienta y casi sin fuerzas.
Lupita es parte de una terrible estadística: cada años son abandonados hasta 600 perros por personas que aprovechan la muchedumbre para perderlos y deshacerse de ellos.
Este 2025 el recuento de organizaciones como Mundo Patitas es que hubo 300 perros abandonados por los peregrinos. Una de ellas fue Lupita... que ese 12 de diciembre no se llamaba así, sino que era uno más de los perros sin dueño.
Tuvo, sin embargo, la buena estrella de encontrarse con María Antonieta Collins, periodista de larga experiencia que trabajaba para Univisión y que este año viajó a la Ciudad de México para hacer la cobertura de Las Mañanitas a la Virgen de Guadalupe.
Durante la transmisión, Collins mostró el caso de esta perra y en un arranque de humanidad decidió, ahí mismo y en ese momento, adoptarla.
En vivo, le preguntó a la audiencia qué nombre ponerle y fue que se decidió llamarla “Lupita”
Así fue el rescate de Lupita, perrita abandonada en La Villa de Guadalupe
Con ayuda de un técnico del equipo de Televisa, sacaron cargando a Lupita y se la llevaron para comenzar el trámite para irse a Miami.
Despues de toda una odisea ya esta en casa en Miami Lupita, “Pita” rescatada el dia de la Guadalupana en Mexico mientras transmitiamos @despiertamerica y cuando ella estaba ya sin fuerzas, con hambre y frio y fue todo un grupo el que ayudó a rescatarla de unos perros que la estaban acosando.
Los trámites tardaron 10 días y finalmente, este domingo Lupita cruzó la frontera de manera llegar y llegó a su nueva casa.
“Lupita, “Pita” rescatada el día de la Guadalupana en Mexico mientras transmitiamos y cuando ella estaba ya sin fuerzas, con hambre y frio y fue todo un grupo el que ayudó a rescatarla de unos perros que la estaban acosando”, publicó en su perfil de Instagram Collins junto con Lupita Andrade, también periodista de Univisión, cuya casa será el destino final de la perrita.
“Su futuro era morir de hambre en las calles”, escribió Collins, quien hizo lo que le dictó su humanismo.