Para cuando quiso dar su primer concierto en el Palacio de Bellas Artes, Juan Gabriel ya era un fenómeno que conquistaba público de lo más diverso.
Desde la diva María Félix hasta el cronista Carlos Moinsiváis, muchos personajes de la cultura mexicana llegaron a estar como espectadores en sus espectáculos de centro nocturno o conciertos masivos.
Pero eso cambió de manera radical cuando anunció su intención de estar en Bellas Artes, el recinto ideado por Adamo Boari para celebrar el centenario de la Independencia de México y que durante el siglo XX se considera la máxima casa de la alta cultura.
La prensa de aquel 1990 se llenó de escándalo y polémica con artículos en contra de que un cantante “como Juan Gabriel “profanara” el recinto que llegó a pisar Maria Callas.
¿Quién se negó a dirigir la Orquesta Sinfónica Nacional en el concierto de Juanga?
Luis Herrera de la Fuente, legendario músico, director de orquesta y creador de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, se opuso desde primera instancia a que Juanga estuviera en el palacio de mármol.
“Juanga o yo”, habría dicho Herrera de la Fuente al saber que la intención del cantante era que la Orquesta Sinfónica Nacional, que él dirigía, lo acompañara en el concierto.
Y al final fue Juan Gabriel el que estuvo en Bellas Artes mientras que Herrera de la Fuente prefirió ceder la batuta a un director huésped antes que acompañar al Divo de Juárez.
No fue el único que se opuso.
¿Qué intelectuales se opusieron al concierto de Juan Gabriel en Bellas Artes?
Víctor Roura, melómano, periodista musical, escritor y fundador de la sección cultural de El Finaciero en 1988, escribió una diatriba en contra de Juanga, llena de insultos disfrazados de ironía.
“En su inicio, Juan Gabriel, al igual que la inmensa mayoría de los cantantes, hizo todo lo posible por convertirse en estrella pese a sus evidentes debilidades musicales, a su ignorancia literaria a su admirable falta de imaginación”.
El texto quedó plasmado en las páginas de El Financiero y se muestra en el documental de Netflix Quiero puedo y debo.
También en ese documental aparece otro recorte de periódico donde se entrevista al emblemático y flemático maestro de canto Sergio de los Santos, mentor de muchos tenores de la década de los 70 pero también de voces populares como María Victoria.
“Juan Gabriel ni como espectador ha estado en el Palacio de Bellas Artes”, soltó el maestro sin miramientos.
Incluso hubo funcionarios públicos que, desde su posición en el gobierno, manifestaron su rechazo a Juan Gabriel. El subdirector del INBA aseguró que era un evento “vulgar” y el propio director de ese entonces, Víctor Sandoval estaba convencido de que el lugar de Juan Gabriel estaba en los centros nocturnos y que el Palacio de Bellas Artes era para la ópera.
Finalmente Juan Gabriel triunfó no sólo por el hecho de que hizo el concierto, sino lo impactante que resultó, dejando imágenes y canciones para la posteridad.