Hay proyectos que llegan como una ráfaga inesperada. .. y terminan marcando una etapa. Así describen Memo Villegas y Carolina Miranda su experiencia en Borrón y vida nueva, una película que mezcla comedia, drama y esa crudeza amable con la que la vida suele enseñarnos que nada es perfecto, que las crisis son inevitables y que, aun así, siempre hay espacio para recuperar el rumbo.
La cinta los reúne en un relato que conecta por su humanidad. “Me divertí mucho... la he visto tres veces ya”, confiesa Memo con esa sinceridad que lo vuelve tan cercano al público. Carolina, por su parte, recuerda cómo interpretó a Priscila: “El personaje es precioso. Vemos a una mujer que vuelve a empezar de cero... que recuerda quién era, porque a muchas se nos olvida en el camino”.
Y es justo ahí donde esta película encuentra su fuerza: habla de las segundas oportunidades sin sermones, retrata el caos cotidiano con ternura y humor y nos recuerda que “todos tenemos una nueva oportunidad de vida cada vez que nos despertamos”, expresa Carolina.
La historia gira en torno a Ulises, un hombre que, tras un accidente, decide fingir amnesia para liberarse del agotamiento emocional que lo consume. No es un villano, tampoco un héroe; es un ser profundamente humano, lleno de contradicciones.
“No estoy tan de acuerdo en que es un personaje al que le va mal en la vida, porque en realidad tiene mucho por qué agradecer”, reflexiona Memo sobre su personaje. Para él, Ulises es el reflejo de quienes creen que están en crisis permanente cuando, en realidad, se han desconectado de su propio presente: “Caminar es un milagro... respirar sin nada externo es un milagro, pero si te la pasas comparándote en redes, claro que vas a sentir que tienes una vida pésima”, expresa.
Carolina Miranda interpreta a Priscila, la esposa que ha dejado de vivir para convertirse en satélite de los demás: “Nos pasa a muchas mujeres. Te encierras en que todo esté perfecto: la casa, el esposo, el hijo... y te olvidas de ti”, cuenta. La separación del personaje no solo abre un conflicto: abre un renacimiento. “¿Por qué no también me toca disfrutar... recordar quién era?”.
Su química en cámara no fue casualidad.
Memo lo explica simple y profundo: “Cuando hay dos actores dispuestos, es un juego constante: ‘¿Qué escena toca hoy?’ y Caro siempre quiso entrarle”, dice Memo. Esa complicidad es palpable en cada cuadro.
Aunque la película lo plantee como un hombre en crisis, la carrera de Memo vive un momento dorado. Pero llegar aquí no fue fácil: “Al principio hubo mucho rechazo, muchas puertas se me cerraron... no (viví) maltrato, pero si no buen trato”, revela. Lo sorprendente es el giro del destino: “Años después, esas personas del medio de la industria que me rechazaron, regresaron con otra energía, pero 15 años después... ahora que ya ‘valgo’ como producto”.
En Borrón y vida nueva, Memo cruza una frontera interpretativa: del humor agudo a un tono dramedy más emocional. “Fue cambiarle un poquito al tono cómico...”, señala. Es, quizá, el papel más íntimo de su carrera, uno donde se permite mostrarse vulnerable sin perder la ironía que lo caracteriza.
En la vida real, confiesa que hay cosas que habría hecho distinto: “Le hubiera entrado menos a la fiesta... estudiaría mucho inglés”, dice entre risas. Pero al mismo tiempo, sostiene una verdad que cala hondo: “El secreto de la plenitud es darte cuenta de dónde estás parado... no necesito más que quien soy”, expresa.
“A VECES ESTAMOS HARTOS Y QUEREMOS RENUNCIAR...": CAROLINA
Carolina encarna a Priscila con una sensibilidad luminosa. Aunque la actriz no comparte las circunstancias del personaje: no está casada y no tiene hijos, sí entiende el mensaje de fondo: la renuncia a uno mismo por cumplir expectativas ajenas.
“La película te invita a reflexionar: todos nos preguntamos: ‘¿Y si yo hubiera...?’. Y olvidamos agradecer lo que sí tenemos”, asegura la protagonista de la serie La mujer del diablo.
A nivel personal, confiesa que, si pudiera empezar de cero, “hubiera estudiado tres idiomas a los cuatro años”, bromea. Pero después se pone seria: “Sería más disciplinada con el ejercicio”.
Mientras Ulises y Priscila atraviesan transformaciones profundas, los actores también han vivido las suyas. Memo, entre carcajadas, reconoce los altibajos de su camino. Pero afirma que, incluso en los momentos duros, nada ha sido en vano: “Cuando ves que después de todo sigues aquí, trabajando, creando... agradeces la vida que tienes”.
Carolina, en tanto, habla con gratitud sobre su presente: “A veces estamos hartos y queremos renunciar... pero todos estamos donde estamos gracias a decisiones pasadas”.