Los conductores Julián Gil y Valeria Marín no sólo comparten las cámaras, sino también su historia de amor mientras se adentran en la jungla y en la grabación de ‘El Conquistador’.
Cuando hablamos de aventuras por partida doble, pocas lo hacen con tan clara doble intención como esta: por un lado, un programa de competencia en el que 36 participantes se enfrentarán a condiciones extremas; por otro, una pareja que convierte su unión personal en el eje central del espectáculo.
Desde este lunes 27 de octubre, el programa estelar El conquistador: supervivencia extrema debutará en México con ellos al frente. Grabado en la costa salvaje de la República Dominicana, el reality pone en juego 4 millones de pesos, exigiendo a sus concursantes sacrificio, estrategia, hambre, lluvia, rocas, agua y mucha tensión.
Pero lo verdaderamente singular es que, justo después de cada emisión, los espectadores podrán sintonizar el docureality Luna de miel extrema por la plataforma ViX, donde Julián y Valeria abren las puertas de su vida personal mientras afrontan este reto artístico-conyugal.
En entrevista con TVyNovelas, Julián describió así su emoción por trabajar junto a su esposa: “Es sabroso, como una bendición. El hecho de que nos dediquemos a lo mismo y nos pongan en el mismo proyecto es un regalo. Sobre todo si se trata de un proyecto tan grande y tan ambicioso como este. Ya habíamos hecho algunas cosas, habíamos compartido conducción en cosas de deportes, pero sí creo que este es el proyecto más grande, el más lindo, el que nos puso en situaciones extremas”.
Esa declaración no sólo habla de su entusiasmo profesional, sino de un disfrute compartido de la vida al unísono. Y añade un tinte romántico de fondo:
“Este reality show fue como nuestra luna de miel y eso lo hace más especial, más bonito. Nos íbamos a ir de luna de miel, pero apareció este proyecto y no le pudimos decir que no, o sea, yo jamás lo hubiese impedido por irme de viaje”. Una confesión que convierte el rodaje en una celebración íntima.
Valeria Marín, por su parte, enfatizó ese sentido de equipo en su matrimonio:
“En casi seis años de relación, ha sido como una montaña rusa, pero increíble, siento que hemos vivido muchísimas cosas juntos, buenas, malas, pero lo hemos enfrentando como equipo”.
Y de manera más cotidiana, reconoció: “Existen las diferencias normales, que si dejó la pasta dental abierta, que tira la ropa a un lado del bote, pero hemos aprendido a ceder, la toalla no la pone en el baño, son diferencias que las parejas viven, pero nada que nos complique la relación”. En el fondo, una declaración de convivencia equilibrada.
Sobre el formato, Valeria señaló: “Es un formato increíble, ya probado en España que llega a nuestro país, siendo la primera vez que Julián y yo compartimos conducción de esta manera. Para nosotros es nuestra Luna de miel, para la gente es un reality de supervivencia extrema, 36 participantes, un eliminado por capítulo”. Y Julián añadió: “Hemos sido muy transparentes en nuestra relación y eso ha sido clave a la hora de elegirnos a nosotros, y creo que esa química que hemos mostrado fue determinante para que nos dieran este proyecto”.