“Adentro era increíble todas las cosas que ocurrían”, dice Emmanuel en el documental de ViX “La noche eterna”.
Esta nueva producción de la plataforma recupera la historia de lo que sucedía al interior del Baby’O, legendario antro ubicado en la Costera Miguel Alemán de Acapulco.
Conocido desde su fundación 1976 por ser el epicentro de la vida nocturna de ese centro turístico, el Baby’O se convirtió luego en una especie de leyenda por la cantidad de celebridades mexicanas y extranjeras que llegaban a estar en su interior cualquier día.
Desde Michael Jackson hasta Juan Gabriel entraron por su puerta que, por lo mismo, se hizo muy difícil de cruzar para quienes no eran famosos ni tenían el estatus de celebridad.
En el documental de ViX, dirigido por Emilio Maillé, se da voz al recuerdo de muchas de esas celebridades que si podían entrar: Verónica Castro, Emmanuel, Mijares.
El documental de ViX del Baby‘O
Los protagonistas del éxito de uno de los lugares más emblemáticos de la vida nocturna en Acapulco, hacen un recorrido desde el origen de la legendaria discoteca Baby’O, hasta los momentos más críticos de su historia.
Entre ellos, por supuesto, está la voz y la memoria de uno de sus creadores, Lalo Cesarmen, quien ha atravesado varias etapas y problemas, incluyendo cuando fue incendiado o cuando sufrió daños por el paso del huracán Otis.
Dentro de esas historias, Cesarman ha contado también algunas de las anécdotas más representativas y que con el tiempo se han vuelto leyenda. Entre ellas, la del jacuzzi.
Sí, el Baby’O tenía un jacuzzi al que se podía tener acceso una vez que estabas dentro del antro.
¿Qué pasó con el jacuzzi del Baby’O?
Cesarman, en una entrevista con Fernando Reina, cuenta que era todo un protocolo:
“La gente llegaba y tenían su champaña, su bata y sus tangas... porque en ese tiempo no se usaba el short”.
Lalo Cesarman recuerda que aquella vida nocturna ya no existe en Acapulco, sobre todo por la gran demanda turística que convirtió al puerto en uno de los lugares más visitados del mundo.
“Antes una reservación de una mesa eran seis personas, ahora una reservación de una mesa son 14 personas”.
Y del jacuzzi, el último recuerdo lamentablemente es un accidente, que finalmente lo llevó a tomar la decisión de retirarlo.
“Una chava se aventó un clavado y se abrió la cabeza, ahí dijimos: adiós jacuzzi":