Susana Alexander, ícono del teatro, cine y televisión mexicana, aclaró cómo quiere que sea su despedida: desea que en su funeral se entreguen sus reconocimientos y se permita al público llevárselos como recuerdo, una última voluntad cargada de humor, cercanía y autoreconocimiento.
“Que me den mis recuerdos en el funeral”
La legendaria actriz compartió de forma franca y directa sus deseos post mortem, sugiriendo que al concluir su vida, sus premios y homenajes sean entregados entre quienes la admiraron.
Este deseo no sorprende viniendo de una artista que ha enfrentado el tema de la muerte con humor, perspectiva y valentía.
En su montaje Instrucciones para una muerte feliz, Alexander jugaba con la idea de dar instrucciones sobre su propio funeral, reflejando su apuesta por el control creativo incluso después del adiós.
Hace apenas unos meses, en una entrevista con gracia y franqueza, también compartió: “¡Qué voy a querer morir en el escenario si la cama es más cómoda!”, mostrando una visión clara de priorizar la paz, el descanso y la sinceridad en esta etapa vital.
Una despedida con alegría, no con pena
Susana siempre ha dicho que la muerte no debe tomarse con solemnidad excesiva, sino con aceptación y una pizca de humor. Y esa filosofía ahora se traduce en un deseo concreto: que sus reconocimientos se conviertan en regalos simbólicos para quienes compartieron su vida, talento y risas.