Yolanda Andrade se retiró de las telenovelas en un momento cúspide de su crecimiento actoral.
Tras haber sido protagonista de tres melodramas, comenzó a ganar papeles de villana, rol en el que televidente comenzó a identificarla y reconocer su éxito.
En “Retratos de familia” interpretó a una joven ambiciosa que no se detiene ni siquiera ante el amor de su madre cuando trata de conseguir lo que quiere. En este melodrama producido por Lucy Orozco en 1995, Helena Roja interpreta a su madre. En el momento culminante de la historia, los personajes de madre e hija se enfrentan por el amor de un hombre, un joven doctor interpretado por Alfredo Adame.
Al año siguiente volvió al papel protagonista con “Sentimientos ajenos”, en la que hace a una joven bondadosa, de oficio pintora, que se enamora de un muchacho trabajador, que interpreta Carlos Ponce.
La telenovela no tuvo el éxito esperado y fue evidente entonces que el público la veía más como villana.
La última villana de Yolanda Andrade
Así volvió entonces para 1998 con “Los hijos de nadie”, telenovela que se produjo bajo el esquema de “contenido educativo y social”, un proyecto que Televisa mantuvo durante dos décadas como parte de su producción de melodramas.
Se trataba de telenovelas que buscaban visibilizar problemáticas sociales, en este caso “Los hijos de nadie” era sobre los niños de la calle.
Protagonizada por Alpha Acosta y Silvia Derbez, la historia se enfoca en una comunidad de niños que trabajan como pepenadores para sobrevivir. Alpha Acosta es una joven que los ayuda y los quiere, mientras que Yolanda interpreta a una mujer rencorosa, que los maltrata y humilla.
Detrás del odio de Lucila Villarreal (así se llama el personaje de Yolanda) está el recuerdo de que el día de su boda, un grupo de niños de la calle arruinaron su pastel al tirarlo al suelo.
La telenovela contenía escenas crudas y mostraba la violencia a la que muchas veces son sometidos los niños sin hogar.
Para Lucila Villarreal, el castigo de la escena final es una larga secuencia en la que Andrade mostró su dominio de las emociones a través de expresiones del cuerpo.
Lucía aparece vagando por un parque. Se ha quedado sola y todo mundo la rechaza. Se encuentra con un pedazo de torta en la basura y la devora.
Al final, es internada en un manicomio donde tiene una alucinación: piensa que está en una iglesia y se está casando.
Esa fue la última vez que se ha visto a Yolanda Andrade en una telenovela.