Con la serenidad y el buen humor que lo caracteriza, Mauricio Herrera celebra más de 70 años de trabajo continuo en teatro, televisión, cine y radio, y lo hace fiel a su esencia: “Me despierto pensando en todas las cosas buenas que me da la vida”, confiesa.
El primer actor, hoy con 91 años cumplidos, continúa activo y en plena forma emocional con la obra “Aquí entre dos”, un diálogo teatral que comparte con su hijo Alejandro. En el montaje, ambos recorren la vida del intérprete a través de anécdotas, personajes y memorias que mezclan la nostalgia con la risa.
“Es contar, a través de casi dos horas, todas las cosas que he vivido en estos 90 años: con quiénes he estado, qué cosas he hecho, quiénes ya no están... toda una historia”, relata conmovido a TVyNovelas.
Hablar con Mauricio Herrera es recorrer parte viva de la historia del espectáculo mexicano. Con lucidez, el actor rememora los años dorados de la televisión, cuando compartió escena con figuras entrañables como Héctor Bonilla, Héctor Ortega, Polo Polo, Chabelo y Jorge Ortíz de Pinedo.
A pesar de los años y los embates de la vida, Herrera se mantiene de pie, aunque lo haga con cierta dificultad. Sobrevivió al COVID-19 en un estado grave, pero su ánimo fue más fuerte:
“Estuve a punto de partir, pero me rehusé. Le puse buena cara a la vida y salí adelante”, recuerda.
También fue operado de la columna, y aunque hoy enfrenta una molestia permanente en el pie izquierdo, no se queja: “Como que me desconectaron el tobillo”, explica.
Pero él se enfoca en las cosas positivas: “La vida solo es una y hay que vivirla con toda la intensidad que se pueda. Me despierto con ánimo, pensando en lo que voy a hacer, con quién voy a compartir el día. Tengo una esposa preciosa, hijos maravillosos, y eso me hace feliz”.
“SIGO VIVIENDO COMO SI TUVIERA 70 AÑOS”
El actor desafió paradigmas cuando, hace más de tres décadas, decidió casarse con Luhana Gardi, una mujer 38 años menor que él. Lo que en su momento fue motivo de titulares y juicios sociales, hoy es simplemente una historia de amor que ha resistido el paso del tiempo: “Llevamos 31 años juntos, casi 32. Ella es preciosa, nos llevamos muy bien. Es un ser muy generoso, maravilloso, y la amo mucho”.
Lejos de sentirse limitado por la diferencia de edades, el actor sostiene que la vitalidad es un estado de ánimo más que una cifra en el acta de nacimiento.
“Yo no represento la edad que tengo. Sigo viviendo como si tuviera 70 años. La diferencia de edad (con su esposa) no se nota porque existe un gran cariño, admiración y respeto mutuo. Por eso ha sido perfecto”.
Su matrimonio no solo ha sido estable, sino que se ha convertido en ejemplo de complicidad y alegría compartida. Ella, expresa el actor, es una de las razones por las que aún sonríe cada mañana.
UN LEGADO CON HUMOR Y SABIDURÍA
El humor ha sido su escudo, su brújula y su legado. Herrera es un hombre que ha vivido lo suficiente para entender que reír es una forma de resistencia. De hecho, publicó el libro Sé grande, pero no viejo, donde comparte consejos de vida, anécdotas y hábitos para envejecer con dignidad y alegría.
“Ahí me la paso dando consejos: cómo llegué a los noventa y tantos años, qué tipo de ejercicios hago, qué como...”, dice entre risas. La obra, dice, fue tan bien recibida que incluso la esposa del fallecido Héctor Ortega, lo tenía en su buró como libro de cabecera “de consejos”.
Aquí entre dos, su obra más reciente, ha sido también una especie de homenaje en vida. En ella, su hijo Alejandro lo entrevista sobre el escenario, reviviendo momentos que van desde su infancia hasta los días de gloria televisiva. Lo que comenzó como una simple charla familiar se transformó en un acto teatral cargado de emoción.