Mauricio Barcelata ha regresado a Venga la alegría, en cuyo programa, asegura, se siente como en casa: “Ha sido un regreso muy interesante.
Es muy divertido reencontrarme después de tanto tiempo; fue mágico. Estuve casi siete años en TV Azteca y ahora, después de ir de un lugar a otro y estar trabajando como loco, recibo la llamada para integrarme a Venga la alegría. La verdad es que me llenó de orgullo y estoy contento de que las cosas sigan funcionando muy bien y, sobre todo, de que el público me haya recibido increíble. Me siento feliz, en casa”.
Para el conductor, el cariño de la gente es fundamental: “El mejor termómetro es salir a la calle y que te digan: ‘Oye, una foto’, ‘Me gusta mucho el programa’, ‘Soy de tu equipo’. Yo soy del pueblo, del ‘equipo favorito’, porque hay clanes allá afuera donde la gente se vuelve loca cuando uno gana o el otro pierde. Eso creo que es el mejor indicador que podemos encontrar. Yo, la verdad, lo disfruto mucho; me encanta la convivencia directa con la gente, pararme a platicar, saber qué piensan e, inclusive, saber qué les gustaría ver que actualmente no hay en el programa.
“HE ESTADO EN TODAS LAS PANTALLAS Y EN TODOS LOS CANALES DE ESTE PAÍS”
Mauricio es uno de los personajes que ha tenido la oportunidad de estar en prácticamente todos los matutinos de las diferentes televisoras, donde, con trabajo, se ha ganado un lugar.
“He estado en todas las pantallas, en todos los canales que hay en este país, y me encanta porque me llaman y me vuelven a llamar. Salí de Televisa y me vine para acá; de estar aquí, me volvieron a llamar de Televisa, de ahí a Imagen, y de Imagen al Heraldo, después me fui a Multimedios. Ahora me vuelven a llamar aquí, en TV Azteca.
“Eso a mí me da mucho gusto porque, finalmente, a la gente le sigue gustando mi trabajo. Salga o no salga de las empresas —en la mayoría de los casos donde he terminado ha sido por el término de contrato—, instantáneamente me llama otra empresa que se entera de que estoy libre. Eso me llena de orgullo y me hace sentir muy bien, comprometido con la gente y con mi trabajo”.
“NO ES LO MISMO CONDUCIR UN MATUTINO, QUE UN PROGRAMA DE JUEGOS Y CONCURSOS EN LA NOCHE”
Aunque Mauricio asegura que no deja su faceta como actor, la de conductor la está disfrutando al máximo: “Me encanta, desde que entré a este mundo de la conducción, me absorbió por completo”.
“Pero sí me doy mis espacios de repente, actuando en el teatro. Afortunadamente, no ha habido un año que no me toque hacer alguna obra, y eso me gusta porque los productores, finalmente, tampoco me olvidan como actor. La parte de la conducción es algo increíble, tienes que ser tú, respetarte a ti mismo y, junto con eso, jugar un poco también con el actor. Siempre lo digo: no es lo mismo conducir un matutino a las 09:00 horas, que un evento para Fundación Azteca, o un programa de juegos y concursos en la noche. Son personalidades diferentes que vas adquiriendo, dependiendo del público que te ve en ciertos horarios, pero ahí es donde pesa la preparación y el camino recorrido”, explica.
Algo que llama la atención cada mañana es la ardua competencia que se tiene durante las dinámicas en Venga la alegría, lo que hace que el público se divida para apoyar a su favorito. Sin embargo, Mauricio asegura que para él es pura diversión.
“Yo vengo a divertirme; a mí no me importa si gano o pierdo. Luego me dicen en las redes: ‘Es que tú no te entregas’, y es que yo vengo a pasarla bien. Y si la gente reacciona de esa forma, quiere decir que la está pasando bien y está clavada en la televisión. Yo no vengo a pelearme; vengo a hacer entretenimiento, no vengo a hacer competencias. Es algo que liberé de mi pensamiento desde hace muchos años: en la vida no importa si ganas o pierdes, lo importante es que la pases bien”.