La vida, dicen, siempre ofrece giros inesperados. Para Mariana Ochoa, cantante y actriz que marcó a una generación entera como parte de OV7, esos giros han sido abruptos, desafiantes, pero también inspiradores. Hoy, lejos de la coreografía pop de los noventa y del brillo que encendía estadios, Mariana enfrenta un escenario más íntimo y complejo: el de una madre que sostiene sola a dos hijos en medio de la ausencia económica de su exmarido.
Y como lo ha hecho siempre, con la música como brújula y salvación, Mariana ha transformado la crisis en arte. El resultado es La pensión, una cumbia fresca, honesta, con ritmo de fiesta y letra de desahogo, que convierte la catarsis en himno.
“Yo estaba en una sesión de composición, ese día me pasaron mil cosas...”, narró en entrevista con TVyNovelas, “mis hijos llegaron enfermos, tuve que correr al pediatra, luego la lista de medicinas, se descompuso el baño en mi casa... ese día pedí ayuda al papá de mis hijos, que también son de él, pero me dejó en visto. Entonces, no sabes la frustración que se siente”.
En la música de Mariana no hay rencor, pero sí verdad. La pensión no es un reclamo disfrazado: es la voz de una mujer que, tras ocho años de criar sola a Valentina (11 años) y Salvador (9 años), decidió poner en notas lo que tantas madres callan.
“Sí estoy levantando la voz, a nombre de muchas mujeres. Creo que habemos muchas mamás que sacamos adelante a nuestros hijos solas, y nos las vemos negras. La verdad sí nos merecemos un himno, somos unas guerreras”, aseguró.
La canción, escrita junto a María Bernal, Joel Alonso Montes y Juan Carlos García, mezcla percusiones de cumbia con letras que, a modo de inventario, hacen la lista interminable de gastos cotidianos: medicinas, escuela, comida, ropa, transporte. Es un recordatorio de que la maternidad no se detiene ni un segundo, aunque la otra parte se ausente económicamente. “Las canciones a veces se quedan cortas, pero la letra dice: ‘Yo trabajo, pago el súper y mantengo a dos, y tú te pasaste de cab..., pago medicinas y también pago al doctor...’, haciendo toda la lista de todo lo que terminamos pagando las mamás que sacamos a nuestros hijos adelante”, compartió.
“MI INTENCIÓN NO ES MANDAR A LA CÁRCEL AL PAPÁ DE MIS HIJOS”
El conflicto de la protagonista de telenovelas como La hija del jardinero tiene nombre y apellido: Patricio de la Peña, abogado, egresado del TEC de Monterrey e hijo de un notario reconocido. Pese a su formación y privilegios, Mariana asegura que no aporta económicamente a sus hijos.
“Él había renunciado a su trabajo (cuando se divorciaron en 2017), así que no me correspondió nada, me quedé yo a cargo de todos los gastos y, hasta la fecha, sigue igual. Por más que yo, por las buenas, he tratado de preguntarle, incentivarlo de ‘¿con cuánto vas a cooperar mensual?’, no he tenido resultado”, relató.
@tvynovelas Mariana Ochoa nos habla del éxito de su nuevo sencillo #LaPension , cuya letra ha logrado que muchas mujeres se hayan sentido identificadas @soymarianaochoa #TVyNovelas #parati
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La cantante pensó que cuando la situación económica de su ex mejorara, el apoyo llegaría, sin embargo no ha sido así.
“No he querido abrir un juicio porque mi intención tampoco es enviar a la cárcel al papá de mis hijos, para nada”, aclaró.
La historia de Mariana no es aislada. Según cifras oficiales, miles de mujeres en México sostienen solas el hogar mientras los padres biológicos eluden la obligación de la pensión alimenticia.
La artista lo sabe y denuncia: “Por el hecho de que las leyes mexicanas todavía tienen muchas lagunas, es muy fácil decir: ‘No tengo, no me alcanza’. Hay mil maneras de ocultar ingresos. Entonces, ¿de qué manera puedo yo tener una pensión para mis hijos, una ayuda para el súper de cada semana si los ingresos que reportan son mínimos?”, se cuestiona.
"¡LOS AHORROS TAMBIÉN SE ACABAN!”
Hoy, Mariana combina con disciplina y entrega su carrera en la música y la conducción con la crianza de sus hijos porque sabe que hay temporadas altas y bajas. “A veces tienes un proyecto muy exitoso y te cae la mitad extra, y a veces no hay nada. Hay que apretarse muchísimo y sacar los ahorros, pero los ahorros también se acaban”, confesó. Y, pese a ello, no se victimiza: siempre está trabajando. El reciente concierto en el Lunario del Auditorio Nacional fue un recordatorio de su capacidad para llenar escenarios, pero también un espacio donde la música se convirtió en desahogo compartido con otras mujeres.
La intérprete carga con una herencia musical pesada: formar parte de OV7. Sin embargo, lejos de encasillarse en ese recuerdo, ha sabido evolucionar. Con La pensión, no sólo se arriesga en un género distinto —la cumbia—, sino que ofrece un discurso social en medio de un entorno musical que, muchas veces, se queda en lo superficial.
Mariana Ochoa reconoce que, aunque su expareja no coopera económicamente, sí está presente en el cuidado y convivencia con sus hijos. Esa dualidad, compleja y contradictoria, se refleja también en su música. Al final, más allá de las diferencias, ella eligió no quedarse en el resentimiento. Prefirió hacer de la adversidad una canción que suena fuerte, alegre y contagiosa, pero que en el fondo guarda un mensaje poderoso: el de las mujeres que luchan, que no se rinden y que encuentran en la música una forma de sanar.
Hoy, Valentina y Salvador crecen acompañados de una madre que, con ejemplo y coraje, les enseña que el amor no se mide en pesos, sino en presencia y entrega. Y aunque la batalla por la pensión sigue abierta, Mariana ya ganó otra guerra: la de no permitir que el silencio la consuma. Con La pensión, Mariana Ochoa no sólo estrena un sencillo: estrena una nueva faceta de su vida artística, una que mezcla ritmo, desahogo y valentía. Y aunque la canción parezca ligera, debajo late una verdad contundente: las madres solteras son, en muchos sentidos, las verdaderas heroínas de este país.