Decía Héctor Suárez que una de sus reglas de su vida es no dejar que lo humillaran.
En su día a día, esa convicción lo llevó varias veces a enfrentarse con gente poderosa, incluyendo a Carlos Salinas de Gortari cuando era presidente de México y a Emilio Azcárraga Milmo, presidente de Televisa.
“Una vez le rompí el cristal de la puerta de su oficina porque la azoté y me salí”, contó Azcárraga en un programa de Unicable, de Televisa.
Con el empresario mexicano, tuvo varios altercados pero recuerda que terminaron siendo grandes amigos. “Él me respetaba y yo lo admiraba porque era un hombre muy inteligente”.
La reunión con Carlos Salinas de Gortari
En donde no hubo vuelta de hoja fue en TV Azteca, televisora a la que Héctor Suárez llegó cuando todavía era Imevisión, es decir, una empresa del estado.
“Estando yo año y medio trabajando ahí, es cuando lo compra Ricardo Salinas Pliego”, le contó a Gustavo Adolfo Infante en su programa de radio.
Suárez había llegado a esa televisora por invitación del presidente Carlos Salinas de Gortari, luego de haber tenido con él una cita en Los Pinos que duró casi media hora.
“Había yo hecho un sketch con Verónica Castro en el que dijeron que yo había hecho burla del presidente, Eso fue una confusión, yo lo que hice fue reproducir un sketch de Palillo, fue una confusión”.
Lo que resultó de aquella confusión fue un encuentro cordial con el entonces presidente Salinas, quien le dijo: “Si ellos te vetaron, ¿por qué no los vetas tú y te vienes a trabajar a Canal 13?”.
El encontronazo con Azteca
Así fue que Suárez llegó a Canal 13 para realizar “La Cosa”, un programa cómico que se burlaba de estereotipos del mexicano y la sociedad de esa época.
Suárez narra que la situación cambió de manera radical cuando el canal pasó a manos privadas, con Ricardo Salinas Pliego como presidente y fundador de TV Azteca.
“El día que me mandó llamar, yo creo alguien me lo entoriló, porque me recibió con unos casets (grabaciones del propio programa “La Cosa”) y me dijo que ya estaba enterado de lo que yo cobraba 2,500 dólares por cada uno de esos programas en Warner, MGM, etcétera”.
En efecto, Héctor Suárez tenía un acuerdo de comercialización internacional, algo con lo que Salinas no estuvo de acuerdo.
“Y entonces me dijo: pues no te los pago. Y yo le dije: pues no te los doy”.
La desobediencia de Juan Carlos Méndez
Suárez pidió entonces a Juan Carlos Méndez, su colega comediante más avanzado, con el que había hecho una mancuerna exitosa en La Cosa, que sacara todos los casets con los programas de Azteca.
“Yo me tenía que ir a Miami al otro día y le pedí que sacara los castes porque ya no íbamos a trabajar ahí. Cuando regresé, Juan Carlos ya se los había entregado”.
Los programas, por tanto, fueron transmitidos por Azteca y Héctor Suárez entabló una demanda.
Dos años después y hasta el día de su muerte, el comediante aseguró:
“Les gané la demanda, me debían pagar 80 millones de pesos pero nunca lo hicieron”.