Joy Huerta decidió que es momento de abrir su corazón y contar la historia detrás de su amor con Diana Atri.
Y lo que hay detrás es una historia romántica pero matizada por la culpa cristiana y judía. O sea que no fue fácil para ninguna de ellas primera aceptar que se gustaban y luego que se querían dar un beso.
“Me lavé los dientes como cien veces”, recuerda Joy cuando habla de aquel hermoso momento en el que supo que Diana iba ir a verla a su casa para besarse.
La cantante del dueto Jesse y Joy hace esta narración en el documental “Lo que nunca dijimos”, que está en top ten de HBO en México.
Joy recuerda que estaba en uno de los momentos más luminosos de su carrera cuando conoció a Diana. Fue la etapa en la que lanzaron su álbum "¿Con quién se queda el perro?”, con el que ganaron un Grammy. Además, la relación con su hermano Jesse había mejorado, dejando atrás una crisis que estuvo a punto de terminar en rompimiento del dueto.
Así se enamoraron Joy y Diana
Diana y Joy comenzaron como amigas. Para la cantante fue algo totalmente nuevo porque hasta antes de conocerla, vivía en una especie de burbuja, controlada primero por su padre y luego por su propio hermano.
El papá de Jesse y Joy era un pastor cristiano obsesionado por la moral apegada a las enseñanzas de la Biblia.
Por eso, cuando se enamoró de Diana, Joy pensó: “Me voy a ir al infierno”.
La cantante recuerda claramente el día que comenzó el romance:
“Diana tenía cita con un chico y me preguntó si lo cancelaba. Y lo canceló. Nos fuimos a comer y estuve muy callada. No pasó nada pero había una tensión muy fuerte. Lo único que pasó es que le dije: me estoy enamorando de ti”.
El primer beso
Joy terminó ese día en el hospital, con vómito y la sensación de que estaba muy enferma.
Diana recuerda: “Pero no estaba enferma, era puro estrés”.
Al otro día fue cuando Diana la quiso visitar. Se llamaron por teléfono y quedaron en que ambas “tenían muchas ganas de besarse”.
Y así fue: se besaron para dar paso a un romance que ahora es un feliz matrimonio con dos hijos.