Gabriel Soto confiesa que volvió a ver la luz: “Mi vida cambió radicalmente y estoy mejor que nunca”.
Después de “tocar fondo” hace precisamente un año, Gabriel Soto comparte su poderosa transformación: de vivir con el temor de un infarto a despertar cada mañana agradecido por estar vivo.
En una conmovedora entrevista con TVyNovelas, abre su corazón sobre cómo superó una severa depresión y un grave susto de salud que lo alertó de un posible cáncer; el actor encontró en su trabajo, en sus hijas y en el éxito de Monteverde las razones para renacer.
Justamente, hace un año, pasaste por momentos muy delicados de salud, ¿cómo estás en este momento?
Después de la tormenta viene la calma. Ahora estoy mejor que nunca, mi vida cambió radicalmente; sí, el año pasado tuve problemas personales muy fuertes, tanto de salud como a nivel emocional y personal.
“Realmente toqué fondo, caí en una depresión, estaba muy mal, no veía la luz al final del camino y Monteverde fue esa luz”.
Todo cambió…
“Sí, el hecho de empezar a trabajar nuevamente, de estar con compañeros que me acobijaron y me llenaron todos los días de alegrías y buena vibra, y luego empezar a ver el éxito de la novela fue muy importante en este proceso. Después del año que me sentí fatal, hoy me siento bien, la vida me cambió, la veo desde otra perspectiva, me levanto en la mañana, aunque esté cansado y en vez de decir: “¡Qué flojera!”, pienso en lo maravilloso que es estar vivo, con salud, que puedo hacer ejercicio, ir a trabajar sin dolor y sin temor de pensar: “Ahorita me va a dar otra vez un infarto”. Y el hecho de que todo eso haya cambiado, la perspectiva de mi vida también cambió: todo lo disfruto, lo agradezco, lo vivo y lo vibro desde otra frecuencia, obviamente con mucha más alegría.
¿Sigues realizándote chequeos médicos?
Claro. Cada tres meses tengo que hacerme estudios de sangre, obviamente tengo que estar controlado después de lo que me pasó. Creo que a muchos hombres les pasa en esta edad, entre los 45 y 55 años, estamos propensos a situaciones de salud y hay que cuidarnos. A mí no me dio precisamente un preinfarto, lo que me sucedió fue que se me subieron las plaquetas y eso es una alerta de un tipo de cáncer, me tuve que hacer punción en la médula ósea, pero afortunadamente todo salió muy bien, obviamente estoy controlado con medicamentos y por todas mis doctoras: mi hematóloga, mi internista… por todo un equipo de especialistas que me están cuidando.
Lo que te ha ayudado mucho, evidentemente, es la actitud y sin duda el amor de tus hijas, ¿cómo vives la paternidad con ellas?
Elisa ya va a cumplir 17 años, está viendo universidades porque está a punto de graduarse, y Miranda está chiquita, tiene 11, pero ya está entrando a la etapa de la adolescencia y yo estoy feliz de estar con ellas. Ser papá es increíble. Creo que hay dos cosas que por más que te platiquen nunca lo vas a entender hasta que lo vives en carne propia; una, es el tema de la salud, porque hasta que no te pasa una situación a ti no la entiendes realmente; y la segunda es la paternidad, porque hasta que no eres papá tampoco lo entiendes realmente. ¡Qué les digo! Mis hijas son mi vida entera.