Este jueves 20 de noviembre, Fátima Bosch disputa la final de Miss Universo.
La representante mexicana ha tenido días intensos antes de esta final ya que tuvieron lugar dos de los desfiles más importantes del certamen: el de traje de baño y el de traje típico.
En el primero, Fátima compitió con un traje rojo de una sola pieza y que completó con un pareo transparente.
En cuanto a la pasarela de traje típico, Bosch lució una pieza de pedrería que se tardó siete meses desde su primera costura.
Fernando Ortiz, ganador de la convocatoria que se hizo para diseñar este traje, se inspiró en Xochiquetzal, diosa mexica de los artesanos.
“Deidad considerada la patrona de las tejedoras, labradoras e hilanderas, especialmente importante para las ceremonias de culto de las mujeres que se encargaban de la ejecución y la fabricación de los textiles. Ellas producían los textiles y mantas, las ropas y la vestimenta de la población”, se explica en la ficha del Museo Amparo, done existe una reproducción de la pieza original hallada en el Templo Mayor.
Fátima Bosch y los colibríes, una relación espiritual
Fernando Ortiz describe que su pieza efectivamente es en honor a la cultura mexica y que buscó compaginar el concepto de lo bello.
Uno de los elementos que llamó la atención durante el desfile de Fátima Bosch fueron las varias imágenes del colibrí. Esas apariciones no son gratuitas, según Fernando Ortiz.
“Hablando con Fátima, ella me contaba que el colibrí es su animal espiritual y por eso lo pusimos como elemento predominante en las piezas del vestido”.
Ortiz dice que se tardo poco más de siete meses pero lo que realmente importa es el trabajo que se hizo para detallar cada uno de los elementos de pedrería. respecto al costo, no tiene un valor exacto pero sí un cálculo, el cual solamente se refiere a los materiales.
“El valor es un tema de pensar porque no solamente es la parte económica, también la parte artesanal porque está todo hecho a mano pero si me preguntas, vale arriba de 150 mil pesos”, dijo en un programa de Imagen TV.