La docuserie “Chespirito: Sin Querer Queriendo”, estrenada el 5 de junio pasado en Max, ha reavivado el interés por la figura de Graciela Fernández, primera esposa de Roberto Gómez Bolaños. En la serie, interpretada por Paulina Dávila (adulta) y Macarena García (joven), se desglosa una de las historias personales más relevantes del creador del emblemático El Chavo del 8.
Graciela Fernández, de origen argentino, contrajo matrimonio con Gómez Bolaños en 1968, luego de conocerse cuando él tenía 22 años y ella apenas 15, en la Colonia Del Valle de la Ciudad de México. Fue su compañera durante más de tres décadas, acompañando al comediante en sus viajes, proyectos y grabaciones.
Fruto de esa unión nacieron seis hijos: Graciela Emilia, Cecilia, Teresita, Marcela, Roberto y Paulina, destacando Roberto Gómez Fernández, actual productor de la docuserie para la plataforma de streaming de HBO.
Además de ser madre y esposa, Graciela fue un apoyo clave en la carrera inicial de Chespirito. Según el portal Premio Correo, ella misma confeccionó el traje original del Chapulín Colorado, demostrando su involucramiento en el universo creativo de su esposo.
El perfil bajo de Graciela Fernández
Durante su matrimonio y tras el divorcio en 1989, Graciela Fernández mantuvo un perfil bajo. A diferencia de Florinda Meza, segunda esposa de Gómez Bolaños, Graciela evitó los reflectores y se mantuvo en la vida privada.
Años después, la opinión pública y los medios han resaltado que Graciela optó por la privacidad total, centrando su vida en la familia y sus intereses personales, lejos de la exposición pública.
Aunque los detalles sobre su vida posterior al divorcio son escasos, algunas versiones señalan que participó en actividades sociales y comunitarias, sin volver a figurar en medios o eventos públicos.
La figura de Graciela en ‘Chespirito: Sin Querer Queriendo’
La nueva docuserie, producida por su hijo Roberto Gómez Fernández, presenta una versión humana y emocional de Chespirito, incluyendo su relación con Graciela desde la juventud hasta el fin de su matrimonio.
En el primer episodio, se muestra cómo Bolaños conoció a Graciela y cómo su relación se desarrolló paralelamente a su crecimiento profesional como escritor y comediante en los años 60 y 70.
La trama también aborda las tensiones derivadas del romance con Florinda Meza, incluyendo episodios de infidelidad y rupturas emocionales que desembocaron en la separación de Graciela.
Según Rodrigo Santos, showrunner de la serie, se buscó mostrar “a Bolaños como un hombre real, con luces y sombras”, y darle a Graciela el espacio narrativo que históricamente no tuvo en el imaginario colectivo.
Un homenaje tardío que reivindica su aporte familiar
Graciela Fernández falleció el 29 de agosto de 2013, a los 84 años, según confirmaron sus hijos en redes sociales. En sus palabras, fue una mujer “fuerte, amorosa y discreta”, que dedicó su vida al bienestar de su familia.
La docuserie de Max representa la primera vez que su historia es contada públicamente, devolviéndole reconocimiento como una figura importante en los orígenes de Chespirito.
Para muchos seguidores de El Chavo del 8, Graciela era un nombre desconocido. Hoy, gracias a esta producción, se convierte en un personaje fundamental para entender la dimensión humana del hombre detrás del ícono.
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