David Zepeda, el sacerdote de ‘Los hilos del pasado’, confiesa los milagros que le cambiaron la vida

Aunque en la telenovela cae en la tentación, en su vida real, confiesa ser un hombre muy espiritual.

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David Zepeda

Desde la primera escena en la que David Zepeda apareció vestido de sacerdote en la telenovela ‘Los hilos del pasado', los murmullos, el morbo y hasta el cuestinoamiento de algunos sectores religiosos se hicieron presentes generando la conversacion. Pero este caso no es nuevo: en 1998, cuando César Évora encarnó al padre Juan de la Cruz en ‘El privilegio de amar’, la historia ya provocaba debates sobre la moral, el deseo y los límites del deber.

Aunque esta vez pesa más el paso, el reencuentro de dos almas que nunca apagaron la llama y un relato que, en palabras del propio actor, “busca entretener, no incomodar”.

David Zepeda, a sus 52 años, asume un papel que rompe con la ruta tradicional del galán y lo coloca bajo una sotana cargada de historia: la de un sacerdote que, en su juventud, se permitió amar con una pasión prohibida. Y que ahora, en esta versión, comparte esa encrucijada con Yadhira Carrillo, quien regreso con una fuerza emocional que se convirtió en uno de los pilares de la trama.

La producción de José Alberto ‘El Güero’ Castro fue muy cuidadosa de refrescar el clásico sin perder su esencia. Y David Zepeda lo entendió así.

En entrevista con TVyNovelas, David Zepeda confiesa que este personaje cambió su manera de acercarse a su oficio: “Es un personaje diferente, soy un privilegiado de tener esta profesión y, de alguna manera, romper con la secuencia del galán que había interpretado muchas veces”.

Resulta tentador preguntarle si interpretar a un sacerdote implica rozar terrenos personales, espirituales o familiares. Él lo reconoce desde un lado honesto y cercano: “Soy una persona muy creyente de Jesús; soy católíco, pero más que nada soy creyente en Diosito, en mi Virgencita, más que de religión soy apegado a ellos dos”, dice con naturalidad.

Como un guiño confesional, admite que lleva más de 15 años sin confesarse. “La realidad es que desde hace muchos años, pero tengo una gran relación con el de arriba”, dice entre risas. Hablar de pecados en voz de un hombre que interpreta a un sacerdote resulta inevitable. “Siempre mi filosofía es no hacer daño a nadie, puedes logra los objetivos que te propongas sin pasar por encima de nadie, ser respetuoso, cuidadoso y si por alguna razón perjudico a alguien, trato de enmendarlo”.

“Estuvo a punto de perder la vida”...

Habla de milagros, de los que se viven sin aspavientos: “El mayor milagro en mi vida ha sido tener los padres que tengo, yo crecí en un entorno lleno de amor... por mis hermanos, sobrinos, mi entorno, mi exnovia, que no seguimos amando profundamente”.

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Y también recuerda aquel episodio adolescente, casi trágico, que lo marcó para siempre: “Otros milagros han sucedido cuando estuve a punto de perder la vida; estaba surfeando, una serie de olas me tumbaron... pensaba que no iba a salir, pero Dios me dio la fuerza; a partir de ahí valoré más la vida”.

Aunque no ha sido padre, David Zepeda se ilumina cuando habla de sus 11 sobrinos: “La manera en la que ejerzo la paternidad es con mis 11 sobrinos, soy muy niñero, y busco que vean en mí un buen ejemplo”.

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