Luis Miguel jamás cantó en el Baby’O. Lo afirma el dueño de esta discoteca que se convirtió en leyenda del Acapulco nocturno desde la década de los 80 y cuya historia ahora se cuenta en el documental de ViX
“Todo mundo estaba ahí”, dice Mijares en un fragmento del trailer de este documental que se estrenará el 20 de noviembre.
Lalo Cesarman, el dueño fundador del Baby’O, coincide con Manuel Mijares ya que esa frase resume lo que fue el poder de convocatoria de aquel lugar.
Juan Gabriel estuvo ahí. Michael Jackson estuvo ahí. Madonna estuvo ahí. Y todos, en algún momento de la noche, cantaron para el público en una demostración espontánea de jolgorio.
“El único que nunca cantó, así que se viera, fue Luis Miguel”, cuenta Cesarman en una entrevista con Fernando Reina.
¿Qué pasaba en el Baby’O cuando llegaba Luis Miguel?
De hecho hay poco videos con el registro de Luis Miguel en el Baby’O. En internet circula de manera viral solamente un video de mala calidad en el que se ve al Sol de México bailando y cantando a todo lo que da su garganta el tema “Celebration”, de Kool & The Gang.
Cesarman recuerda que esa era uno de los secretos de aquel lugar pero también de Luis Miguel.
“Él era el único personaje que entraba en shorts”, recuerda Reina.
Y Cesarman concede pero señala otra peculiaridad.
“Luis Miguel era un personaje diferente porque podía estar quien estuviera pero la gente no le hacía caso; nada más uno que otro borrachito que molestaba a veces”.
Eso cambiaba de manera radical cuando llegaba Luis Miguel porque entonces toooda la discoteca se concentraba en su mesa, como si fuera efectivamente un sol que atrae a los planetas con su fuerza de gravedad.
“Todo el tumulto estaba en su mesa, todos querían saludarlo Luis Miguel es un fenómeno”.
En ViX, el documental sobre esta discoteca se presenta como una reflexión sobre la identidad de Acapulco, una ciudad mágica y contradictoria que ha sabido renacer una y otra vez frente a incendios, crisis y, más recientemente, la devastación del huracán Otis. En ese espejo, el Baby’O se mantiene como símbolo de resiliencia, memoria y celebración.