EI regreso de una historia querida por el público tiene un aire distinto cuando el tiempo también ha pasado para sus protagonistas. Papás por siempre, la nueva producción de Rosy Ocampo que llega a la pantalla de las estrellas este lunes 13 de octubre, marca no sólo la continuación de una telenovela exitosa, sino también un nuevo capítulo en la carrera de Ariadne Díaz, quien vuelve al horario estelar con una madurez artística y personal que se refleja dentro y fuera del set.
En esta segunda parte, Ariadne Díaz da vida nuevamente a Aidé, una mujer que lucha por mantener unida a su familia mientras el pasado toca la puerta con viejas heridas y nuevas responsabilidades.
La actriz confiesa en entrevista con TVyNovelas que, aunque su personaje ha madurado, sigue enfrentando los dilemas de cualquier mujer que busca equilibrar sus roles. El proyecto cuenta con José Ron como coprotagonista, retomando la química que ambos demostraron en la primera entrega. A
El regreso de Papás por siempre llega en un momento clave para Ariadne. A nueve años de haberse convertido en madre, la actriz encuentra en esta historia un espejo de su propia transformación.
“La maternidad me cambió por completo la vida”, reconoce.
“Ahí te das cuenta de cuáles son las verdaderas prioridades. Las cosas que antes me preocupaban ahora me parecen superficiales. Mi hijo Diego le dio otro sentido a todo”.
Ariadne Díaz habla de la maternidad con una mezcla de ternura y realismo, sin idealizarla: “Es maravillosa, pero también es una vocación. Un trabajo a tiempo completo. Siempre le digo a mis amigas que nunca tengan hijos por presión social. Un hijo se tiene porque de verdad quieres tenerlo, y aun así hay días en que sientes que no puedes con todo”.
Ariadne se mantiene fiel a su filosofía de autenticidad
Esa honestidad, poco común en las figuras públicas, se percibe también en su relación con el paso del tiempo y la belleza. En una industria que suele exaltar la juventud eterna, Ariadne se mantiene fiel a su filosofía de autenticidad.
Más allá de la pantalla, Ariadne Díaz parece vivir un momento de plenitud. Alejada de los excesos mediáticos, su presencia se siente más en el trabajo que en los escándalos. “Yo no he sido demasiado seguidora de los procedimientos estéticos, soy de las que se pone su cremita y subloqueador en las mañanas, más nada”, dice con naturalidad. “Pero si en algún momento decidiera hacerme algo más, lo haría, no tengo tema con eso”. Esa serenidad se traduce en su manera de actuar: contenida, real, cercana. En Papás por siempre, su interpretación de Aidé mezcla fortaleza y vulnerabilidad, mostrando una mujer que se reconstruye mientras aprende a soltar.
Con esa frase, la también protagonista de La malquerida podría estar hablando tanto de su personaje como de sí misma. Y es que Papás por siempre no sólo retoma una historia querida, sino que propone un retrato más honesto de lo que significa formar una familia hoy. En tiempos de cambios, separaciones, reencuentros y nuevas estructuras afectivas, la telenovela se atreve a decir que el amor, de cualquier tipo, sigue siendo el hilo que todo lo sostiene.
Ariadne Díaz, con su calidez y temple, encarna ese mensaje. “Lo que sí me impacta es el paso del tiempo”, confiesa, “eso me impresiona más que llegar a cierta edad”. Y quizá por eso su mirada sobre la vida y el arte ha cambiado. Ya no se trata de correr detrás de la perfección, sino de disfrutar el camino. “La plenitud no está en tenerlo todo, sino en estar en paz con lo que tienes. Si logras eso, lo demás llega solo”.