Hay momentos en la vida que parecen simples escenas cotidianas: una madre detrás de cámaras peinando el cabello de su hija, un abrazo antes de salir al set, un susurro de “tú puedes”. Sin embargo, para quienes observan de cerca la trayectoria pública de la conductora y actriz Andrea Legarreta, esos instantes han tejido una historia de acompañamiento y de amor que hoy coloca a sus hijas, Mía y Nina, frente a un futuro luminoso.
La reciente emoción de la familia surgió cuando Nina, la menor, presentó la telenovela Mi verdad oculta, una producción que marca un nuevo logro en su carrera dentro de la pantalla chica. El estreno fue celebrado por la prensa de espectáculos y por una madre que, lejos de adjudicarse méritos, repite una idea sencilla pero poderosa: dejar que sus hijas descubran su camino y sostenerlas desde el respeto y el trabajo. Legarreta compartió que, aunque desde pequeñas sus hijas han estado cerca de los medios, ninguna oportunidad les ha sido regalada.
Con una mezcla de orgullo y serenidad, declaró a TVyNovelas: “Soy una mamá orgullosa, ya sabes que mis niñas están en este medio desde que eran bebés, prácticamente. Imagínate que hasta el ultrasonido mostramos en televisión, entonces a las dos les gusta mucho el medio, yo creo que tienen mucho talento y en el caso de Nina se ha ganado cada uno de sus papeles”. Esa frase se convierte en una postal: los recuerdos de una madre joven mostrando en pantalla el ultrasonido de su primera hija, sin prever que, años después, ese mismo entorno sería el escenario donde sus niñas trazarían sus propias historias.
Más allá del glamour de los reflectores, lo que destaca es el conjunto de valores que Andrea ha cultivado en casa. No lo presume; simplemente lo vive. Y cuando habla de Nina, su voz deja ver el orgullo por el esfuerzo detrás de cada escena.
“Nina lo está haciendo muy bien, es muy comprometida, se aprende sus personajes, sus textos, estudia, aprovecha de quien está rodeada para aprender, para seguir creciendo, por eso la felicito, porque es profesional”, compartió a la misma publicación.
Andrea insiste en que el apellido no abre las puertas; es el compromiso el que las mantiene abiertas. “A Nina le ha ido muy bien en las telenovelas, la gente la quiere a ella y a su hermana, porque más allá de cómo te apellides, si no traes el talento, el compromiso, el profesionalismo, eso no importa. Nina ha recibido premios como mejor actriz de teatro, ha hecho doblajes, cine, telenovelas, Mía igual, ahora con la música ahí va, poco a poco, haciendo su chamba. Creo que son niñas que si algún ejemplo tienen de nosotros es el respeto, el profesionalismo. Saben que tienen que prepararse, por eso les hemos dado las herramientas”.
“Al final siento lo que cualquier mamá cuando su hijo recibe un diploma por buenas calificaciones, cuando logran un triunfo en cualquier cosa que hagan. Cuando ves que ellas son felices amando lo que hacen, tú ya eres feliz”.
¿Andrea Legarreta ya tiene novio?
La conductora vive la maternidad como un equilibrio: libertad para que sus hijas se desarrollen y raíces suficientemente fuertes para que sepan que nunca están solas. Su presencia mediática también tiene un costo: la exposición constante. Ante los rumores sobre romances o especulaciones, responde con humor y cordura.
“Siempre ha sido así, soltera, casada, siempre me inventan cosas. Y está bien, qué bueno, ¿no?, significa que todavía aguanto”.
El comentario desata risas, pero luego añade una reflexión más seria, casi una declaración de independencia emocional: “Llega un momento en el que te vale gorro, que digan misa, yo sé cuál es mi realidad, sé lo que vivo y cómo lo vivo”.
Apenas hace unos días, De primera mano le preguntó directamente si ya tiene un novio más joven. No descartó nada, y lo único que confirmó es que sí está abierta al amor:
A pesar de los reflectores, Andrea ha aprendido a dirigir la energía hacia lo que realmente importa: su familia, sus proyectos, y la construcción de una vida que se siente propia.