El tiempo suele prometer consuelo, pero en ocasiones sólo ofrece distancia.
Han pasado seis meses desde la muerte de Daniel Bisogno, el carismático conductor de Ventaneando, y su hermano Alex aún carga con un peso que no se mide en días ni en horas, sino en silencios y recuerdos.
Hoy, con la voz quebrada por la memoria y la firmeza de quien busca sanar, confiesa a TVyNovelas: “Yo me siento muy satisfecho por lo que hice por mi hermano, porque al final hice todo lo que mi corazón me dictó: estuve con él, viví en el hospital y en su casa durante muchos meses para cuidarlo, junto con mi hermana, hice todo lo que físicamente era posible. Me quedé con una espinita, claro que sí...”. “
La espina, como la llama, es un “¿qué hubiera pasado?” que lo acompaña como sombra. Daniel, en uno de sus últimos diálogos íntimos con Alex, le habló de la posibilidad de acudir a la Clínica Mayo, en Estados Unidos, un centro de prestigio mundial que ha salvado vidas en situaciones límite. No fue. No lo intentaron. Confiaron en los médicos mexicanos, quienes —dice Alex— entregaron “el alma, la vida, todos sus conocimientos”. Pero la duda quedó.
Ese dilema, tan humano como doloroso, se suma a un torbellino que lo ha puesto en el ojo público de la manera más cruel. Tras la muerte de Daniel, la atención mediática se volcó hacia la familia Bisogno. No sólo hubo duelo: también hubo señalamientos, rumores, acusaciones que, en palabras de Alex, lo “tiraron al suelo” en uno de sus momentos más frágiles.
A la pérdida de su hermano, y poco antes la de su madre, se sumó la polémica en la que se vio envuelto luego de que la periodista Pati Chapoy, compañera de Daniel durante años en Ventaneando, destacara que había un interés de su parte en administrar el legado de su hermano, que le correspondía únicamente a su hija.
De acuerdo con Alex, la imagen que se proyectó de él fue la de un hermano abusivo, aprovechado, incluso un hombre que quería perjudicar a su propia sobrina: “Me pintaron como alguien que no soy. Y lo más triste fue ver a mi papá llorar por lo que se decía de mí”.
En medio del caos, Alex encontró un respiro en una llamada telefónica. Cristina, la expareja de Daniel, con quien tuvo desencuentros públicos, lo buscó para pedirle perdón: “Me dijo los motivos por los que habló de mí con Pati y con otras personas. Muchas de esas cosas fueron malentendidos, suposiciones. Lo grave fue que se compartieron, y cuando se dicen en un medio de comunicación, ganan credibilidad”.
“Necesito ayuda de un especialista”
Alex reconoce que él también perdió la calma. Entre el dolor por la enfermedad de Daniel y las acusaciones, reaccionó visceralmente. “Quizás hubo cosas que sólo se debieron discutir en familia”, admite en nuestra entrevista. Con Chapoy, en cambio, no hubo reconciliación. “Intenté contactar a la gente de Ventaneando para explicar todo lo que había sucedido, para que tuvieran la otra versión, pero por alguna razón no me dieron la oportunidad. Yo entendí eso como un capítulo cerrado”.
Respecto al tema de la herencia, que también levantó polémica, asegura que se llegó a un acuerdo: los abogados serán quienes definan, conforme a la ley, lo que corresponde a la hija de Daniel, heredera universal, y al padre de la familia. “Ni soy yo nadie para estar dando explicaciones, ni mi hermana tampoco”, sentencia.
“Hice todo lo que mi corazón me dictó”, dice Alex Bisogno
A pesar del dolor, Alex comienza a ver un horizonte distinto: “Se están abriendo puertas, pienso que es una bendición de la vida porque no puede haber tanto dolor en la vida de una familia. También tienen que llegar las bendiciones”.
Sin embargo, no oculta que sigue necesitando ayuda: “He llorado mucho, he platicado con familiares, eso me ha ayudado a mitigar un poco el dolor, pero al final sí creo que necesito ayuda de un especialista”.