A sus 71 años, Alejandro Camacho no sólo continúa de pie sobre los escenarios, en plena lucidez actoral, sino también firme en una lucha personal y legal que lleva años arrastrando. Un nombre brilla en letras rojas en esa batalla: Paco Rueda.
El joven actor, a quien conoció durante la filmación de la película Como si fuera la primera vez, es ahora el protagonista de una historia de fraude y deslealtad, según las denuncias de Camacho.
“Lleva cinco años que me robó, no puedo decir la cantidad, pero es considerable”, nos confiesa Alejandro en entrevista con TVyNovelas, con ese tono grave y enérgico que le ha caracterizado durante décadas en cine, teatro y televisión.
"¡ESTE LADRÓN ESTÁ ATRAPADO!”
La historia comenzó en 2020, cuando Camacho – movido por la confianza que le inspiraba un joven colega – accedió a entregar una fuerte suma de dinero con la promesa de una inversión fructífera; sin embargo, nunca recibió nada a cambio. “Sigo esperando mi dinero, lo que pasa es que están parados los tribunales, vamos en caballo de hacienda...”, declara con un dejo de hartazgo, pero también con la convicción de que la justicia llegará.
El año pasado, Paco Rueda – Francisco Rueda, nacido en 1994 y actor desde los 11 años – fue vinculado a proceso por presunto fraude. Si se le declara culpable, podría pasar entre seis y doce años en prisión y deberá reembolsar a Camacho el dinero que éste entregó con buena fe.
“Este ladrón, porque eso es lo que es, está atrapado en las líneas de la justicia...”, agrega el actor, señalando que el caso lo lleva el reconocido bufete de Víctor Olea, uno de los más prestigiosos del país.
“Ha puesto tantos pretextos, que ha quedado tan mal con la fiscalía, con sus abogados, con los míos... los jueces dicen que ya no hay para dónde mover”.
A lo largo de la conversación, Alejandro deja claro que no dará marcha atrás: Que cualquier imbécil, ratero, malhechor, puede hacer lo que acostumbra a hacer y la gente se queda callada. Pero yo no, lo denuncio y lo hago públicamente. Todo el mundo sabe quién es, es un ratero. Dicen que es actor, pero nunca lo he visto actuar, ni lo veré, es un actor mediocre, baboso, lo que sí hace muy bien es robar. Pero uno no debe permitirlo”.
Ese equilibrio espiritual no es gratuito, nos dice. “Con la edad, te das cuenta de que te equivocaste muchas veces, y creo que es muy importante equivocarte para poder crecer. La autocrítica, cuando es propositiva, te ayuda a evolucionar. Además, uno nunca deja de aprender. Un niño de siete años puede enseñarte más que un adulto de cuarenta. En general, creo que el tener la bondad de quererte, de creer en ti, te ayuda mucho”.