Sonriente y simpática como siempre la vemos en los programas de comedia, como Riquísimos... por cierto y Una familia de diez, Wendy Braga nos contó su experiencia como mamá primeriza del bellísimo Henry, de ahora tres años, a quien procreó al lado de su esposo, John Worth.
Aunque muchas mamás romantizan el momento del parto y llegan a presumir que es lo más hermoso del mundo, Wendy confiesa que para ella fue un verdadero viacrucis, y es que la originaria de Mérida tenía en mente tener a su bebé en agua y aguantó 17 horas los dolores de las contracciones con tal de que su parto fuera natural, pero finalmente no fue así.
“El viacrucis que pasé no fue por dos estaciones, ¡sino 20!, hasta que culminé teniendo al pequeño Henry. Para la hora 17 mi ojo ya se me iba de lado del dolor porque cada que venían las contracciones me sacudía toda, por eso mi mamá empezó a insistir con la anestesia, entonces pues ya me dijeron si aceptaba que me pusieran la epidural y dije que sí”, nos contó en TVyNovelas El Pódcast.
“Me sacaron de la tina donde estaba y me pasaron a la cama, las siguientes tres horas fueron de parto. Me hicieron la episiotomía... Resultó que lo que había ocurrido es que en el último momento de que está bajando Henry por el canal se le ocurrió girar su cabecita y pues no embonaba bien y por eso estaba atorado”, nos compartió la también conductora de Cuéntamelo ya!
Finalmente, recordó que estaba consciente cuando Henry llegó al mundo y lo que más se le quedó fijo en la mente fue el comentario de su mamá, quien estaba presente en la sala de parto.
“Me dio mucha, no sé, gracia a pesar de todo lo que estaba pasando, porque dice: ‘Ay, salió igualito a ti con el pelo bien negro’, o sea, tengo que hacer la mención, mi papá era rubio, de ojo verde; mi marido pues igual muy rubio, británico”.
Eso sí, confesó que no sintió esa conexión inmediata con su pequeño, como muchas veces se retrata en las telenovelas o películas.
“Yo no sentí como muchas mamás dicen de que: ‘Lo vi y es el amor de mi vida’, no, yo lo vi y dije: ‘Ay, hola, ya naciste’, a ver te abrazo. Y lo tuve tantito y se lo llevaron y fue como un proceso de entender lo que estaba pasando”.
Y es que tampoco pudo llevarse a Henry a casa en seguida, “porque dijeron que no se le habían cerrado unas arterias o venitas, que se supone se tienen que cerrar cuando los niños llegan a la semana 40; entonces si no se cerraban, a la larga podía ser un motivo importante de algún tipo de padecimiento, o podía ser que nada más pasaran unas horas y se cerrara. Luego me dijeron que tenía una infección, entonces ya vino el especialista en infecciones de no sé qué lugar, pero ni siquiera te preguntaban de: ‘Oye, llamamos a tal especialista’. Al final después de que me dieron todos los resultados, estaba perfecto, pero pues tuvieron a mi hijo lejos de mí cinco días”.
Ahora, con el paso del tiempo, Wendy lo ve sólo como una anécdota más y se siente bendecida por tener a su hijo y hasta por haber pasado por las 20 horas de labor de parto, porque recalcó que Henry no tuvo sufrimiento fetal, pues su corazón siempre estuvo bien.
“CADA VEZ QUE ME ENFRENTABA A UN MOMENTO COMPLICADO DECÍA: ‘TODO VA A PASAR""
Lo que es un hecho es que aún sigue enfrentando momentos difíciles y le toca lidiar sola con ellos, pues debido al trabajo a su esposo, él permanece la mayor tiempo de viaje.
“Hay momentos complicados como cuando Henry está enfermo, hubo una vez que le dio una bacteria de esas que le dan a los bebés, y tuvo vómito y diarrea horribles, entonces sí es difícil, pero pues se sale adelante y le doy muchísimas gracias a Dios que cuento con mi mamá, que es mi gran apoyo.
“Además, cada vez que sentía como que me enfrentaba a algún momento complicado, decía: ‘Todo va a pasar’, y bueno ya pasaron tres años y ahí va creciendo, ya casi entra a la escuela, ya tendré más vida”, dijo entre risas.
Aun así, tiene muy claro que sus prioridades cambiaron a partir de que se convirtió en mamá y prefiere pasar tiempo con su hijo que salir con amigas, también se ha vuelto más selectiva para su trabajo, y nos confesó: “Básicamente a donde no me pagan, no voy”.
NADIE TE ENSEÑA PLENAMENTE CÓMO SER MAMÁ, PERO TRATO DE SER LO MÁS ASERTIVA POSIBLE”
En cuanto a la educación del pequeño refiere que es una mamá que pone límites y desea hacer de Henry un caballero.
“Nadie te enseña plenamente cómo ser mamá, pero trato de ser lo más asertiva posible, trato de demostrarle que lo amo y decírselo y con acciones, yo soy muy besucona y le digo que lo amo, pero también lo regaño y cuando no hace caso, le digo: ‘Mi amor, a la siguiente te doy una nalgada’, y se lo cumplo”.
Por último, en la charla que tuvo para TVyNovelas El Pódcast nos reveló que, aunque se le antojaría darle un hermanito a Henry: “Cuando te acuerdas de los 20 horas de parto, dices: ‘Me sigo aguantando las ganas”.