En nuestro canal de YouTube puedes ver la entrevista completa, donde la viuda de Julián Figueroa habla por primera vez de cómo fue criar a su hijo al lado de Maribel Guardia y de cuáles fueron las mayores complicaciones como mamá.
Imelda Garza Tuñón ha tenido que vivir bastante aprisa, ya que, tras el fallecimiento de su esposo Julián Figueroa, en abril de 2023, ha tenido que sobrellevar la tristeza junto con la crianza de su hijo José Julián.
En entrevista exclusiva, que puedes ver en TVyNovelas El Pódcast, Imelda nos cuenta cómo ha enfrentado el reto de la maternidad, las diferencias que tuvo con su suegra, Maribel Guardia, en la crianza del pequeño y cómo surgió la historia de amor con el hijo de Joan Sebastian.
“JULIÁN ME DIJO QUE YO FUI LA ÚNICA NOVIA QUE LE PRESENTÓ A SU PAPÁ”
¿Cómo se conocieron Julián y tú?
En una fiesta de San Pedro en Monterrey. Empezamos a platicar, y él era muy insistente. Tenía una personalidad divertida, pero en verdad muy insistente.
¿Estabas soltera?
Sí. Él no paraba de hablar, hasta que llegó mi amiga y me dijo que ya nos teníamos que ir. Nos fuimos, pero luego Julián consiguió mi WhatsApp y me empezó a mandar mensajes. Me estuvo escribiendo de julio a noviembre, de todo tipo de mensajes: románticos, de broma… en realidad, platicábamos mucho.
Clic para reproducir la entrevista completa:
¿Cómo te presentó a Joan Sebastián?
Él solo dijo: “Papi, te presento a Ime”. Nada más, así, como “Ime”. Me saludó, y después Julián me contó que yo fui la única novia que le presentó a su papá.
¿Tú le presentaste a tu familia?
Sí. Fui a Tuxpan a ver a mi familia, y él también llegó, aunque se perdió en el camino y tardó como diez horas.
¿Cómo fue avanzando la relación?
Nos embarazamos en 2016. Nos enteramos hasta finales de ese año, pero a nuestras familias se lo dijimos después de que me dio el anillo de compromiso.
¿Cuándo decidieron casarse?
Al mes de ser novios, me dijo: “¿Hay que casarnos?”. Era la etapa de enamorados. Con el tiempo siguió insistiendo, pero ya lo veían más normal porque llevábamos más tiempo juntos y ya sabíamos que esperábamos a José Julián.
“LE COMENTÉ QUE ME SENTÍA RARA, Y ÉL ME DIJO: ‘SÍ, VA A SER NIÑO, PORQUE YO LO SOÑÉ’”
¿Cómo te diste cuenta de que esta-bas embarazada?
Practicaba danza aérea en telas, daba clases y estaba en una compañía. Tenía un período superirregular: a veces me ba-jaba cada mes, cada quince días o hasta cada tres meses. Resulta que ya tenía como cuatro meses de embarazo y no me había dado cuenta.
¿Pero estabas contenta con la decisión?
Sí, fue una sorpresa. Y él… él era muy chis-toso. Le dije que me sentía rara, y me contestó: “Sí, va a ser niño, porque yo lo soñé”.
¿Cuándo decidieron casarse?
El 14 de febrero. Me llevó a un restaurante francés en Monterrey, hizo todo el show con el anillo de compromiso. Yo siempre pienso las cosas dos veces, así que me quedé un momento en silencio.
¿Cómo fue tener a José Julián?
Muy lindo. Él estuvo conmigo, pagó el hospital y se hizo cargo de todo. Aunque Maribel lo llamó a la Ciudad de México, y no volvió hasta la semana siguiente.
¿Cómo decidieron el nombre?
Mi abuelo se llamaba José Raymundo, y su papá era José Manuel. Le dije: “Pongámosle José por tu papá” (que acababa de fallecer). Primero, Julián quería llamarlo Tristán, luego Sebastián… pero al final le dije que le pusiera su nombre.
¿Vivieron juntos enseguida?
No, los primeros tres meses estuve con mi mamá y mi abuela, que me ayudaron muchísimo. Antes de casarnos, yo me quedé en Monterrey con José Julián.
“SE ESCAPÓ DEL CENTRO DE REHABILITACIÓN PARA CASARSE CONMIGO”
¿Dónde estaba José Julián?
Lo tuvieron que internar en un centro de rehabilitación. Sólo podía hablar conmigo una vez por semana, y yo le contaba cómo iba todo con el bebé. Esto es muy sensible para mí, pero… se escapó de ahí para casarse conmigo.
¿Por qué se escapó?
Después de la pedida de mano, Marco y Maribel hablaron con mi familia. Les dijeron que no nos podíamos casar, que éramos inmaduros, que no debíamos estar juntos y que Julián tenía problemas de adicciones. Nos citaron en un restaurante, y cuando empezaron a hablar, yo me salí.
¿Julián sabía?
No, Julián no tenía idea.
¿Fue lo único raro de tu matrimonio?
Bueno… también hubo un convenio que firmé sin saber bien qué era. En la boda, estábamos los dos nerviosos, firmando papeles sin entender todo.
Ya con el bebé, ¿hubo problemas de crianza?
Lo normal. Había muchos juguetes, porque para “ganarse” a un niño, la abuela le daba demasiados. Era exagerado, y se volvió un problema. Ella siempre decía que a los niños se les compra con juguetes.
También, por ejemplo, sucedió que yo lo quería meter a maternal, así como me metió mi mamá al año, y fue un problema con la abuelita, porque decía: “No, está muy chiquito, ¿cómo le vas a hacer eso?
“Y cuando quería enseñarlo a dormir toda la noche también fue un problema, lo dormía entre las 19:00 y 20:00 horas, pero llegaba la abuelita y se metía al cuarto y lo despertaba. Yo le decía a Julián: “Dile a tu mamá que no se meta, que nos deje”. Yo sé que se siente horrible escucharlo llorar, pero tenía que ser así para que se acostumbrara a su horario.
Y es que era un proceso…
Sí, y pues otra vez lloraba (el niño) y otra vez se metía. Entonces lo que hacíamos es aprovechar cuando ella se iba a sus giras, a cantar a Estados Unidos, o lo que fuera, para educarlo. O sea, utilizaba los tiempos en donde ella no estaba para educar a mi hijo.