El Buki cruzó el Atlántico para crear nuevos recuerdos en familia.
Marco Antonio Solís “El Buki”, ha construido una vida familiar tan sólida y dulce como su exitosa carrera artística. Junto a su esposa Cristy, lleva 31 años siendo el cimiento de su familia, criando a sus dos hermosas hijas: Alison y Marla. Ambas siguieron los pasos de su famoso padre, especialmente Marla, quien bajo el nombre artístico de Mar, se ha convertido en una favorita del público mexicano-estadounidense.
Como cada año, la familia Solís emprendió un viaje especial, y esta vez eligieron explorar la imponente África. Comenzaron por Cape Town, una ciudad fascinante que combina la vida urbana vibrante con paisajes naturales asombrosos. Con temperaturas promedio de 25°C, el clima fue ideal para descubrir tanto su centro histórico como sus playas.
En su cuenta de Instagram, el cantante compartió:
“En realidad no celebramos el tiempo que cumplimos juntos, más bien honramos con mucha gratitud y alegría ese sentimiento al que me gusta definir como la frecuencia Divina y es el Amor!”
“Somos muy afortunados en cumplir 32 años compartiendo la vida juntitos y con un aprendizaje que utilizamos como herramienta para seguir el resto del camino descubriendo nuevas formas de expresarnos uno al otro lo que sentimos y que nos mantiene enamorados como aquella primera vez que se cruzaron nuestras miradas. Nuestra aventura hasta este momento, es toda una historia y con la bendición de Dios seguiremos escribiendo muchos muchos capítulos más! Te amo @cristy_solis”.
Su aventura continuó en la Kapama Private Game Reserve, un santuario privado donde disfrutaron de safaris únicos, avistando leones, leopardos, elefantes, búfalos y rinocerontes en plena libertad.
Finalmente, los Solís visitaron Table Mountain, un ícono natural con acantilados espectaculares y una biodiversidad única. Sin duda, el lugar perfecto para conectar con la naturaleza y admirar la belleza de Sudáfrica. En exclusiva, nos compartieron estas increíbles fotografías de su experiencia.
El sueño de recorrer el safari más grande del mundo fue posible, con un imponente vehículo que atravesó manadas de leones y de elefantes, y uno que otro leopardo que los miró de lejos con su imponente curiosidad.
Con fotografías que parecen postales, los Solís dieron rienda suelta a su creatividad: fogata, brindis y recorridos con mucha diversión. África sólo fue el pretexto para seguir disfrutando en familia
La foto más romántica del viaje y con el océano atlántico como testigo, Mar y Alison volvieron a disfrutar como unas niñas al correr por Bazaratu Isla, un lugar precioso y casi virgen.