La historia personal de Alejandra Barros contrasta con la de Mariana, su más reciente personaje en televisión.
En Juegos de amor y poder, interpretó a la hermana de Mayrín Villanueva y la hija del imponente personaje encarnado por Alejandro Tommasi. Mariana fue una mujer sometida, controlada, cuyos sueños fueron truncados por la rigidez patriarcal de su padre.
“Me tocó ser buena y mala a la vez. Fui simplemente humana. Tuve momentos donde reflejé frustración e hice cosas no tan amables, pero en general creo que era un personaje con una moral más clara que la de los demás miembros de su familia”, reflexiona Alejandra sobre ese papel en esta producción del venezolano Carlos Bardasano.
Hablar de Juegos de amor y poder también es hablar de reencuentros: “Fue una experiencia muy linda porque me reencontré con muchos compañeros, como Mayrín Villanueva, Eduardo Santamarina, Juan Soler, Sylvia Pasquel… Con Sylvia, de hecho, hice mi primera novela, así que volver a trabajar con ella me hizo muy feliz”.
Especial mención merece la relación con Mayrín Villanueva. “Trabajar con amigas es una ventaja, y con Mayrín tenemos una comunicación increíble. Los tiempos de espera en el set fueron lo máximo porque pudimos platicar, ponernos al día, entonces la pasamos muy bien”.
A diferencia de lo que podría pensarse en un medio como el de la televisión, Alejandra defiende con firmeza la sororidad entre actrices. “Nunca ha habido competencia. Entre mejor se veía ella, mejor me veía yo. Hicimos un equipo increíble. Nunca existió una guerra de egos. Mayrín es una actriz que admiro y respeto, y siento lo mismo de parte de ella. Lo único que hicimos fue apoyarnos”.
Su personaje en la telenovela fue marcado por la sombra de un padre controlador, una historia que, si bien no refleja literalmente su vida, sí tocó fibras sensibles.
“Cuando dije en casa que quería ser actriz, se les pararon los pelos. No querían. Hicieron muchas cosas para detenerme, pero al final me apoyaron y logré hacer lo que quería”.
Con voz firme recuerda esa determinación juvenil que la caracterizó. “Jamás hubiera agachado la cabeza como Mariana. Yo luché por mi futuro, les gustara o no. Les daba miedo, como a todos los padres, pensar que su hija se iba a exponer a un medio complicado. Pero cuando vieron que todo se hacía con respeto, entendieron que era una profesión como cualquier otra”.
¿Qué sigue para Alejandra Barros tras ‘Juegos de amor y poder’? Ella nos dice:
Después del cierre de Juegos de amor y poder, Alejandra desea tomarse un respiro, algo que, admite, muchas veces postergó por la urgencia laboral.
“A mí me gustaría descansar un poco, aprovechar el tiempo que no esté trabajando para disfrutar la vida. A veces estamos tan preocupados por conseguir otro trabajo que dejamos de disfrutar el día a día.
“Quiero quererme un poco más, hacer ejercicio, comer mejor… es lo que estoy haciendo, pero quiero hacerlo aún mejor”. Es un momento de transición. Profesionalmente está en uno de sus mejores momentos, con una carrera consolidada y una reputación impecable en el medio. Personalmente, es una mujer satisfecha, una madre orgullosa y una pareja feliz.