El conductor Juan José Origel mantenía una estrecha relación con la ‘Última Diva del Cine Mexicano’, Silvia Pinal, desde finales de los años 80, sin embargo, casi al final de su vida la cercanía terminó.
Silvia Pinal murió el 28 de noviembre de 2024 y a casi un año de la tragedia, su herencia no se ha podido repartir porque los hermanos no terminan de ponerse de acuerdo. A ese escándalo se suma ahora otro, que fue revelado por el periodista de sociales y espectáculos Juan José Origel:
“La trataron tan mal al último que me molesté muchísimo y por eso no fui a nada de ella, ¡a nada!”, dijo casi a gritos Pepillo durante una entrevista con ‘El Burro’ Van Rankin.
Sin embargo, el enojo persiste en el comunicador, quien en su emisión ‘Con Permiso’, misma que conduce junto a Martha Figueroa, volvió a tocar el tema y a enfurecer.
“Me molesté muchísimo y por eso no fui a nada de ella… Me molestaron muchas cosas que hicieron con ella. La gente lo sabe y no lo voy a repetir. Además me da mucho coraje porque no se merecía como la trataron ni la familia ni la gente al último. Ponerla a trabajar a esa edad en una obra de teatro que era una porquería, y así la pusieron a trabajar sentada en una silla de rudas y amarrarla… eso lo van a pagar, tú lo vas a pagar”, y señaló colérico a la pantalla sin mencionar a quien se refería.
“Ya no quiero hablar otra vez porque me muero de coraje lo que hicieron con la señora. Me muero de coraje. Y ella tuvo la culpa, ella”, sentenció.
Figueroa le pedía a Pepillo que mencionara el nombre del responsable de que permitió que doña Silvia Pinal terminara sus últimos días así.
“Todo mundo sabe quien es la culpable de todo eso y todavía quiere herencia… No quiero ni verla nunca más en la vida”, afirmó contundente.
Y aunque decía que no quería seguir hablando del tema, emitió una declaración final.
“Cuando me van contando que la señora, que la sentaron y la amarraron para sacarla en la silla de ruedas en una mugre obra de teatro, que no duró más que tres días. ¿Y dónde está el tipo?, que nos iba a demandar. ¿Dónde está?, ahora a él es al que lo van a demandar, que lo andan buscando”, haciendo referencia al productor Iván Cochegrus, quien insistía en que doña Silvia era que se había empeñado en llevar a cabo el proyecto y en ser la protagonista, pese a su estado de salud.
La obra de teatro era una versión libre del cuento de ‘Caperucita Roja’, la cual pretendía actualizar la narración original con algunos dilemas morales en los que el lobo resultaba no ser tan malo como parecía.
Durante el anuncio de la obra, dos meses antes del estreno, Silvia Pinal se mostró notablemente afectada, sin energía y muy poca capacidad para interactuar con el público.
Surgieron entonces las dudas sobre la pertinencia de que a su edad, 91 años, se subiera al escenario de una obra musical para niños donde la exigencia era cantar y bailar.