“Roberto lo decía, tenemos mucho menos de lo que la gente cree, pero más de lo que soñé”.
La viuda de ‘Chespirito’ vuelve a ser tema de conversación, luego del estreno de la polémica serie biográfica de Roberto Gómez Bolaños. Florinda Meza ha ofrecido diversas entrevistas para revelar detalles de su vida antes de conocer al popular comediante.
Fue con Adela Micha donde Meza relató que antes de alcanzar la fama y solvencia económica, resolvió tener un hogar acogedor con elementos que adquiría en el popular mercado de La Merced, en la Ciudad de México, conocido por ser uno de los más importantes y que se destaca por su variedad de productos a bajos costos.
“En mis departamentos, cuando no tenía dinero, con cajones de la Merced la cubría con retazos porque empecé a vivir sola. Cuando eres jefe de familia se te va el dinero, yo también trabajaba y estudiaba”, indicó Meza.
Y añadió que “vendían en La Merced los finos vinos y frutas especiales en aquella época, eran cajas de madera”.
Adela Micha pensó que Florinda hacía referencia a los conocidos ‘huacales’, pero la actriz precisó que “los huacales son huecos, (pero estas) eran cajas de madera enchapopotadas, y si ponías un cojín podías poner tres y era un sofá, una mesa y acomodados eran libreros”, precisó.
Además de hacer sus compras en el mercado de La Merced, la también productora acudía a una calle del centro de la ciudad para comprar adornos para su casa.
Estas declaraciones donde la intérprete de ‘La Chimoltrufia’ insiste en que no tenía dinero no son nuevas. En octubre de 2022, Florinda fue duramente criticada por hablar de su “casa proletaria” y donde intentaba tirar por tierra la percepción de la gente sobre la fortuna de ‘Chespirito’.
“Roberto lo decía, tenemos mucho menos de lo que la gente cree, pero más de lo que soñé. Porque sabíamos vivir sencillamente, yo no vivo en Pedregal, ni en Las Lomas, yo tengo una casa en la colonia Del Valle, es una colonia proletaria”, dijo entonces.
Las palabras de Florinda generaron ruido, pues aunque la colonia Del Valle conserva un aire tradicional, sus precios y ubicación están muy lejos de considerarse accesibles para el proletariado.
Y de nueva cuenta, frente a Adela, Meza atajó que “mi modesta casa, que allí está, de clase media regulada, allí sigue”.