Con sus participaciones en el programa Hoy, el conductor Carlos Arenas le ha dado un vuelco a su carrera y aunque se siente realizado en la parte profesional, todavía tiene un pendiente personal que no sale de su cabeza y que espera cumplir antes de llegar al llamado quinto piso.
La paternidad es un anhelo que el exanimador de Venga la alegría tiene entre ceja y ceja, pero hay una poderosa razón por la que no ha cumplido ese sueño
“La verdad es que siempre he querido ser papá, no se ha dado por las razones que sea, pero yo sigo ahí, con el dedo en el renglón, es que veo a mis amigos que tienen hijos, veo a mis sobrinos y creo que es el amor más grande que tiene el ser humano, debe ser un amor impresionante y yo lo quisiera experimentar también”, revela el artista en entrevista con TVyNovelas.
Una falta de testosterona o problemas de fertilidad han quedado descartados para Carlos, pues a su juicio, se encuentra en condiciones aptas para embarazar a una mujer, aunque todavía no se tropezado con su chica ideal.
“Creo que tengo la bala poderosa, pero no se ha dado porque no he encontrado a la mujer indicada para que sea la madre de mis hijos o mi esposa, tampoco pienso que deba tener hijos por tenerlos, entonces sí quiero encontrar a la persona especial para que sea una buena madre y sigo con la esperanza”.
Arenas no está de acuerdo con esas relaciones modernas en las que las parejas viven separadas o tienen hijos por compromiso. Para él es fundamental tener un hogar y criar a los niños con valores y herramientas que les sirvan para el futuro.
“Soy de la idea del hogar tradicional, yo me veo en la montaña con mi hijo, mi esposa, haciendo el picnic, montando caballo, jugando, andando en moto, con el perro, soy súper hogareño, de familia. Me gustaría tener dos hijos con una mujer que sea compatible conmigo, tener la misma educación, buena o mala, pero la misma, que sea de familia, con tradiciones, que quiera ser madre también, sino no tiene sentido”.
Y aunque idealiza la paternidad, el conductor de Televisa está consiente que la edad no perdona y que también hay límites para traer hijos al mundo.
“Pienso que tampoco está cool ser un papá muy grande, porque no le aguantas al trote, estás bajo otro ritmo, no es la misma condición física así te mates haciendo ejercicios”. Fue a los siete años, siendo un niño, cuando el padre del artista falleció por una insuficiencia renal. No tiene muchos recuerdos de él, pero lo lleva tatuado, literal, en una parte muy especial.
“Tengo un tatuaje de un carro de carreras, que es una foto de mi papá. Él es como mi héroe, yo también corro coches, siempre le ponía el número 14, a mi coche, mi moto. Se llamaba Carlos, como yo, y tenía unos 33 años al morir. Del otro lado tengo a mi mamá, María Eugenia, lo hice para estar cerca de ellos, pero estoy guardando espacio para mis hijos”.