Desde que se inició en el espectáculo mexicano, Thalía ha sido considerada una de las mujeres más bellas y admiradas de la industria del entretenimiento.
Sus telenovelas le han dado la vuelta al mundo y la convierten en una reina del género, pese a su retiro de los melodramas en 1999 cuando protagonizó Rosalinda.
Ahora disfruta a plenitud su matrimonio con Tommy Mottola, pero antes de estar casada con el empresario musical, la actriz estuvo relacionada con algunas figuras famosas como Diego Schoening, quien fue su compañero en Timbiriche, así como Erik Rubín y Benny Ibarra, también integrantes de la banda ochentera. Fernando Colunga y Jaime Camil también fueron sus conquistas, pero con quien, verdaderamente, vivió un amor que le llegó hasta los huesos fue con Alfredo Díaz Ordaz, hijo del expresidente mexicano Gustavo Díaz.
Era el año 1990 cuando la también cantante estaba despuntando en su carrera como solista, mientras mantenía un romance con el productor, quien le doblaba la edad. Él era el menor de los hijos del expresidente, quien se mantuvo totalmente alejado de la política y, por el contrario, quiso dedicarse a la música, algo con lo que su padre no estaba de acuerdo.
Estaban tan enamorados, que cuando ella hacía María Mercedes él le ofreció matrimonio, pero varias diferencias terminaron alejándolos.
Un año después, en 1993, ella estaba en los cuernos de la luna protagonizando Marimar, pero una noticia fatal la derrumbó por completo: su exnovio había muerto de hepatitis C.
Según contó Thalía a Verónica Castro en una entrevista, el día que recibió la noticia corrió en el corte a comer y sólo se echó a llorar por el hombre que más había amado en su vida.