“No voy a regresar a casa”, le grita Laura a su madre, Amanda.
La suya es una relación rota desde hace tiempo: no sólo tienen vidas diferentes sino ideales totalmente opuestos. Amanda piensa que una mujer debe dedicarse a su casa y ser el pilar sumiso y callado de la familia. Laura, en cambio, tiene la idea de que una mujer no tiene por qué casarse para ser feliz y mucho menos atarse a un hombre desde joven... como lo hizo su madre.
Este es el planteamiento central de “Mañana es primavera”, la primera y única telenovela de Viridiana Alatriste, la hija de Silvia Pinal que murió de manera trágica cuando tenía 19 años.
¿Cómo fue la telenovela “Mañana es para siempre”?
A la madre la interpretaba la propia Silvia Pinal, quien era también la productora de la telenovela. De modo que madre e hija participaban juntas en este proyecto como una forma de impulsar la carrera de Alatriste, quien había demostrado un talento natural
Viridiana había demostrado un talento natural para la actuación, y justo mientras estaba en la telenovela con su madre, había ganado también un papel protagonista en una obra de teatro.
La telenovela tuvo altos niveles de raiting y ganó dos premios TVyNovelas en 1983: Mejor actriz y mejor revelación masculina (Rafael Sánchez Navarro).
El final sin Viridiana Alatristre
Para Silvia Pinal, el éxito de Viridiana en la telenovela se convirtió en un motivo de orgullo especialmente importante, según narró ella misma en una entrevista con el canal TLnovelas.
“Fue una novela que se hizo con los chicos (los protagonistas jóvenes) y que me dio mucho gusto que la hicieron con mi Viri preciosa”.
La muerte de la hija de Silvia Pinal dejó truncó a su personaje. La diva del cine mexicano y pionera de la televisión, tuvo que tomar una decisión respecto a cómo resolver su ausencia en pantalla dentro de la historia.
Lo que hizo fue magistral: interpretó un largo monólogo con un mensaje de esperanza acerca del futuro y de la vida por encima de la muerte.
“Aquí donde también un día se abrieron las ventanas, se corrieron las cortinas... y entró el sol”.
La secuencia termina con una paloma blanca que vuela y que se puede interpretar como el espíritu de Laura... y de Viridiana.