La mañana del 7 de junio de 1999 fue como cualquier otra para Paco Stanley, quien se presentó en el programa del que era titular y se condujo con el público de manera normal, sin imaginar que ese sería su último día. A 25 años de este suceso que impactó a la historia de la televisión mexicana, han resurgido algunos aspectos de la aparición con la que el extinto comediante “se despidió" de su público.
El poema que recitó Paco Stanley horas antes de su asesinato
En su famoso programa “Una tras otra”, Paco Stanley disfrutaba de leer poemas, pensamientos y reflexiones, algo que le recordaba a sus inicios como locutor. Y es que antes de ser un reconocido rostro de la televisión, figuró detrás de los micrófonos, ámbito en el que ganó popularidad rápidamente gracias a su peculiar tono de voz.
Esa ocasión, pronunció un fragmento que llevaba por título “El orgullo de ser”, palabras que cautivaron al público, tanto al que estaba presente en el foro como los que seguían cada una de las emisiones.
“Toda persona es valiosa por el hecho de existir. Cada uno de nosotros es irrepetible como creación especial del ser supremo. En las marcadas diferencias radica algo que no es muy comprendido: el orgullo de ser. Bien se dice que para Dios todos somos uno y la perfección humana se hace imperfecta en uno mismo”, expresó Stanley.
Asimismo, como era común en él, añadió un comentario personal en el que reflejó su perspectiva sobre el tópico que abordaba el poema. “En estos tiempos, en donde el deterioro de valores es común, créame que es necesario que uno contraste sus cualidades como persona.
La despedida de Paco Stanley en la mañana del trágico 7 de junio de 1999
Finalmente, antes de concluir esta sección del programa y continuar con la dinámica que lo distinguía, misma que incluía bromas y cápsulas divertidas, Paco externó: “El orgullo de ser es lo más valioso de cada uno de nosotros. Cada persona tendrá desaciertos y errores, pero también cualidades difíciles de igualar. ¡Téngase fe! ¡Crea en usted! ¡Moldee su confianza en su autenticidad, en sus valiosas diferencias! Nunca verá un doble exacto como usted en todo el planeta, solo hay uno y créalo; ese es usted”.
Posteriormente, “Una tras otra” llegó a su fin y Paco Stanley se dispuso a compartir un almuerzo con Jorge Gil y Mario Bezares en un conocido restaurante al sur de la Ciudad de México, lugar donde ocurrió el atentado que le cobró la vida al instante.