Alejandro Tommasi se refugió en el cristianismo y ahora vive al servicio de Dios: “Cambié”

Después de pasar por años “muy complicados”, el actor transformó su vida.

alejandro-tommassi.jpg

Alejandro Tommasi

Octavio Lazcano

En el firmamento del espectáculo mexicano, pocas estrellas brillan con la intensidad serena y la pro-fundidad espiritual de Alejandro Tommasi.

Actor de carácter, voz inconfundible y presencia escénica fuera de serie, no sólo ha forjado una carrera impecable a lo largo de más de cinco décadas, sino que ha aprendido, con la humildad de los grandes, a vivir de nuevo, a reconstruirse desde los escombros del dolor y las pérdidas. Al respecto, desde la calma de su fe y la certeza del trabajo constante, habla en entrevista con TVyNovelas.

Desde los foros de Televisa San Ángel, el icónico villano de las telenovelas se confiesa sin artificios sobre la manera en la que ahora transita por el mundo.

“Dios es todopoderoso y cuando tienes fe en que la vida que tienes es un regalo, muchas cosas irán cambiando. Hay que hacerle un homenaje a tu vida porque es una única oportunidad, entonces debes respetarla, cuidarla como un templo, y eso te dará la fortaleza para seguir adelante, aunque venga cualquier hecatombe”.

Alejandro Tommasi. Foto: Archivo

“LLEVO 52 AÑOS IMPARABLES, Y SIGO ADELANTE, ESTOY EN TEATRO, HACIENDO CINE Y TELEVISIÓN”

Las hecatombes, en efecto, no han sido ajenas a su camino reciente. Alejado de los reflectores mediáticos que suelen relatar sólo lo superficial, Tommasi ha librado batallas que pocos conocen.

“Últimamente he pasado por situaciones que no sabe nadie, más que Dios y yo. Pero he pasado por unas muy fuertes los últimos años, ha sido muy duro salir adelante, realmente ha sido una gran prueba que me ha puesto Dios, han sido pérdidas de todo tipo, pero digamos que la forma de vida que tenía antes ya no la tengo, la cambié”.

Esa transformación a la que hace alusión no es meramente externa ni material. Es un viaje profundo, espiritual, de autoconocimiento. “Cada día es un reto, es una sorpresa, es una oportunidad”, dice como quien ha comprendido que vivir no se trata sólo de resistir, sino de resignificar. Más allá de anclarse en el lamento, Alejandro ha encontrado una red de apoyo poco convencional, pero sólida como una roca.

“Mi red de apoyo ha sido Dios, mi familia, mis amistades, pero finalmente estoy un tanto solo, aunque siempre con Dios, bien acompañado, fortalecido, siempre he sido muy apegado a Dios, con una vida espiritual plena, y eso me lleva a cuidarme, a siempre estar viendo por mí, por mi cuerpo, porque esto es lo que tenemos”.

Su espiritualidad, ahora más que nunca, es la brújula que guía su existencia. Cristiano convencido, ha encontrado en el canto religioso un bálsamo para el alma. “Canto alabanzas en la iglesia”, comparte con una sonrisa leve.

Esa entrega íntima a la fe lo ha sostenido incluso en los momentos más oscuros. “Todos vamos para otro lado, el cuerpo se acaba, entonces mientras tengas más días y oportunidades para mantenerlo, pues seguiré adelante, y gracias a Dios he tenido mucho trabajo, llevo 52 años imparables, y sigo adelante, estoy en teatro, haciendo cine, televisión, muy contento”.

Alejandro Tommasi no niega las dificultades de estar solo, pero tampoco lo ve como una tragedia

Alejandro Tommasi. Foto: Archivo

“Vivo solo, tengo una perrita que me acompaña, pero vivo con la compañía de Dios, tengo una conexión muy bonita con el ser superior y eso me mantiene en calma, tranquilo, con esperanza”. Y añade con una honestidad desarmante: “Soy amoroso, cariñoso, afectuoso con toda la gente que se me acerca, pero finalmente, en la vida todos nacemos solos y morimos solos”.

En tiempos en los que el éxito parece medirse en seguidores o escándalos, él sigue apostando por el trabajo constante, la entrega total y la honestidad con uno mismo. “Dios me ha dado la oportunidad de tener trabajo”.

“El estar vigente tiene que ver con qué tanto le entregas tú a la carrera”, asegura.

¿Y el amor? Tommasi no cierra las puertas. Pero tampoco se aferra. “El tener una relación estable es muy complicado, cuando eres un actor o una actriz tan activa en el medio, es difícil, tampoco necesito a alguien para salir adelante. Ahora, si llega, ahí está el corazón abierto”.

Aunque ha recurrido en ocasiones a la terapia, reconoce que su fe ha sido su sostén más firme. “Sí he tomado, realmente poca, de hecho, la he dejado, quizás regrese, lo que pasa es que a veces hay tiempo, a veces no… hay días buenos, días malos, no todos los días son felices, en ocasiones hay tristezas, entonces hay que reponerse y aprender cada día, una nueva forma de vivir”.

De ‘Juegos de amor y poder’ a ‘Doménica Montero’

En la telenovela Juegos de amor y poder, interpretó a Francisco Avendaño, un villano de peso que ha sido comparado con uno de sus papeles más emblemáticos.

“Hice a un villano del tamaño de Justo Ramírez, el de El manantial, porque desde entonces ninguno le había llegado. Cuando yo leí esta historia sentí que ese era el villano que estaba esperando para regresar a ese estilo de trabajo que estoy acostumbrado a hacer”, cuenta con visible emoción. El entusiasmo por sus personajes es prueba de que la llama artística sigue encendida.

Después del éxito de Juegos de amor y poder, Alejandro Tommasi se integrará al elenco de Doménica Montero, el esperado remake de la icónica telenovela La dueña, bajo la producción de Carlos Bardasano. En esta nueva versión, dará vida al padrino y figura paterna del personaje interpretado por Angelique Boyer, la protagonista del melodrama. Las grabaciones comenzarán el próximo 7 de julio, marcando un nuevo capítulo en la trayectoria del actor, quien continúa consolidándose como uno de los pilares más sólidos y versátiles de la televisión mexicana.

angelique-boyer-.jpg

Angelique Boyer

Instagram

MÁS CONTENIDO COMO ESTE
Conocido como “Baby Flow”, Víctor Vela era un reconocido exponente de la música urbana
Conoce al influencer que, junto a personalidades como Wendy Guevara, fue convocado a un exclusivo evento: ¿a qué se debió su visita?
Muchos fans están criticando la forma en la que concluyó el desenlace de la saga