Un cura no ha mostrado empatía con su nueva comunidad de feligreses y le quiso “cobrar” a una mujer una donación millonaria
Una histora de lo más indignante: Resulta que en los diez años que lleva ejerciendo como párroco en la localidad de San Carlos del Valle, un pequeño pueblo de Ciudad Real (en la meseta central de España), el cura Miguel palomar no ha logrado ganarse el cariño de los feligreses. Es más, se ha granjeado la antipatía y el desprecio de la mayor parte de los habitantes del pueblo, que han llegado a reunir firmas para pedir al obispado que le cambie de parroquia, pero aún no lo han conseguido.
Precisamente por asuntos de dinero se desencadenó el hecho que ha desbordado la paciencia de los feligreses. Agapito, el hermano de María del Pilar Álvarez Manrique, una señora muy religiosa, muy adinerada y muy querida en el pueblo, donaba anualmente la cantidad de 6,000 euros (poco más de 130,000 pesos) a la parroquia. Desde hace algun tiempo, cansado de que el cura se embolsara ese dinero sin rendir cuentas de los gastos que cubría con él, dejó de darle dinero. Hace dos años, Agapito murió, y precisamente durante su funeral, el cura se atrevió a preguntarle a Maria Pilar: "¿Qué vas a hacer ahora con los donativos que me daba?”. Maria Pilar no tenía pensado restablecer la generosidad de su familia con la parroquia del pueblo.

El pasado domingo, durante la misa de las 12 del día, María del Pilar entró en la Iglesia. Según el relato que los testigos otorgaron a medios locales, fué recibida por el párroco con “una mirada desprecio y odio”. Cuando llegó el momento en que los feligreses se iban acercando a comulgar, al final de la eucaristía, el párroco se negó a darle la comunión a María Pilar. Casi todos los feligreses que habían acudido a misa abandonaron en ese momento la Iglesia, en señal de protesta.
Los fieles aseguran que: “el cura vive enemistado con la mayoría de la comunidad cristiana de San Carlos por sus múltiples irresponsabilidades: olvida las fechas de las bodas, se queda dormido cuando ha de oficiar un funeral o se muestra reticente a celebrar la comunión de los niños si sus padres no son de su aprecio. Desde el principio hubo problemas. Es un prepotente y un soberbio. Lo único que le gusta es el dinero”.
FUENTE: EL ESPAÑOL
FOTOS: ARCHIVO
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