Un matrimonio forzado y por conveniencia

Veinte años después de Bodas de odio, llegó Amor real (2003). Pocas veces una segunda versión supera a la primera, y así pasó con esta superproducción de Carla Estrada, con nueva adaptación de María Zarattini.

Adela Noriega dio vida a la joven aristócrata Matilde Peñalver...

que a pesar de estar enamorada de Adolfo Solís (Mauricio Islas) -un militar sin fortuna-,

es obligada por su mamá a casarse con Manuel Fuentes (Fernando Colunga).

Manuel Fuentes Guerra era el candidato perfecto ya que era joven, guapo, de buenos sentimientos y acababa de heredar una gran fortuna.

Matilde, despechada, presionada por su madre y sabiendo que Manuel cubrió las deudas de su familia, acepta casarse.

Al escapar Adolfo de prisión, lo primero que hace es buscar a su adorada Matilde, y se encuentra con que ella se acaba de casar con Manuel.

Desesperado, Adolfo logra hablar a escondidas con Matilde y aclarar los malos entendidos.

Jurándose amor eterno, deciden huir juntos, pero Manuel los descubre y, herido en lo más hondo, arremete contra Matilde, aun cuando no está dispuesto a renunciar a ella.

La lleva a su hacienda y allí consuma el matrimonio.

El vestido de novia que Adela Noriega usó para interpretar a Matilde tuvo un costo alrededor de 200,000 pesos, y sólo lo utilizó menos de 10 minutos en las escenas al aire.
Un matrimonio forzado y por conveniencia