La más reciente cinta de terror mantiene el suspenso dentro de los huesos y el círculo familiar
“Ouija: el origen del mal” es la secuela de la floja cinta que intentó espantarnos años atrás, en el 2014 en la que un grupo de jóvenes trataban de salvar sus vidas al haberse expuesto a las fuerzas malignas de jugar en el tablero del mal. Ahora, con esta nueva entrega, se comprueba una vez más que no hay nada más cierto que el viejo dicho “menos es más”, presentando un drama familiar reflexivo y conmovedor que se mantiene por sí solo como una película de terror de buen nivel.
El director Mike Flanagan y el director de fotografía Michael Fimognari han elaborado una hermosa pieza de horror teatral que no sólo triunfa en lo visual, sino también en su argumento. El guión bien desarrollado de Flanagan y Jeff Howard pone el énfasis en los personajes y el drama centrado en los miedos de cada uno de los elementos de la familia que, en esta ocasión, vive de ser parte de eso mismo que los devastará, haciendo que los cambios de trama cada vez sean más impactantes. La película te mantiene increíblemente en suspenso si gozas de paciencia y tolerancia a los dramas familiares.
Este sombrío relato acerca de una madre viuda y sus dos hijas que luchan por sobrevivir después de la muerte de su padre no ofrece villanos y emana sólo la empatía hacia sus posibles víctimas, dejando a la audiencia al filo de la butaca, compensado el horror clásico por uno que proviene del hecho de que nos agradan estas personas y no queremos que les pase nada malo.
En la cinta, comenzamos la historia en una sesión espiritista falsa realizada por Alice Zander (Elizabeth Reaser) y sus hijas Paulina (Annalise Basso) y Doris (Lulu Wilson). La madre de Alice supuestamente “tenía el don”, pero al parecer el talento de contactar al “más allá” se saltó una generación, por lo que tienen que fingir cientos de rituales para poder sobrevivir. Así, mientras una cosa lleva a otra, la familia termina con un tablero de Ouija, que la joven Doris utiliza para hablar con su fallecido padre. De ahí en adelante, el asunto se vuelve mucho más escalofriante.
¿Me voy a asustar si veo esta película? Sí, hay grandes sustos de salto y revelaciones horribles, pero lo que destaca son los detalles personales que cada personaje añade a la película, como la lectura de la palma de la mano de la hija o un intenso diálogo impulsado momentos familiares casi al final de la historia.
“Ouija: el origen del mal” tiene el equilibrio perfecto entre suspenso y terror, ofreciendo un drama concreto y tratando el peligro sobrenatural como el último problema para un grupo de protagonistas que cargan con su propia desgracia. El filme triunfa en establecer los peligros y construye una amplia simpatía para las víctimas, gracias a esto estamos comprometidos con la historia misma, mientras tememos el eventual levantamiento de los fenómenos del otro mundo.
TEXTO: ALONSO NORIEGA F.
FOTOS & VIDEO: UNIVERSAL PICTURES MÉXICO
