Desde que inició la polémica con su padre por su cambio de sexo, los seguidores de Musk le envían mensajes de odio y críticas.
Vivian Wilson, la hija trans de Elon Musk, debutó con gran éxito en la Semana de la Moda de Nueva York como modelo profesional tras revelar que su padre no le daba dinero y que está en “quiebra”.
La joven de 21 años, apareció por primera vez en el show ‘Miss Estados Unidos 1991’ del diseñador Alexis Bittar, quien expresó que había elegido a sus modelos para reconocer y honrar los derechos de las personas trans.
“Seleccioné deliberadamente a cada concursante para que representara un estado de Estados Unidos, donde los derechos de la personas trans están bajo jaque”, indicó Bittar.
El experto en moda eligió a Vivian como representante del estado de Carolina del Sur ahora que la chica ha sido blanco de la atención mediática e incluso de las críticas de su padre, quien afirmó que para él está muerta.
Alexis Bittar indicó que la misión del espectáculo que organizó es presentar una “historia sobre misoginia, depredadores desenfrenados, cosificación y derechos trans”.
Wilson no sólo participó en el show de Bittar, sino que en sus redes sociales compartió detalles del desfile de Prabal Gurung en la que se presentó la colección primavera-verano 2026.
La joven apareció en la pasarela como un elemento primordial de la Semana de la Moda de Nueva York luego de relatar que está en bancarrota, pese a que su padre está en la lista de los hombres más ricos y poderosos del mundo.
Vivian asegura que vive en un departamento compartido con tres amigas porque “es más barato”, y que no dispone de una gran fortuna ni pensiones de su padre, aunque “la gente lo asume”.
La hija de Musk dice que no desea convertirse en una persona acaudalada como su padre, y que no tiene ningún deseo e intención de “ser súper rica”.
“Puedo permitirme comer. Tengo amigos, un refugio y algunos ingresos disponibles, lo cual es una gran ventaja y mucho más afortunado que la mayoría de la gente de mi edad en Los Ángeles”, expresó Wilson.
Mientras vive de forma modesta, lejos del dueño de Tesla y SpaceX, la joven cuenta que ha tenido que usar disfraces para no ser reconocida por los seguidores del magnate.
Vivian dice que, desde que inició la polémica con su padre por su cambio de sexo, los seguidores de Musk le envían mensajes de odio y críticas a través de redes sociales y que le complican la vida cada vez que sale en público, hecho que la ha orillado a convertirse en una persona “un poco cerrada” que usa disfraces para salir a la calle.