El actor rompe el silencio a casi dos décadas del trágico accidente de Solo para mujeres que le arrebató la vida a Édgar Ponce: “Volé por los aires... y viví para contarlo”
La memoria es un músculo peculiar. Algunos recuerdos se diluyen con los años; otros, como el de volar por los aires a causa de un impacto brutal, se alojan en la piel como una cicatriz que arde cuando llueve. A Armando González “El Muñeco” este recuerdo le duele cada vez que escucha el nombre de Édgar Ponce: “Estuve a punto de morir. Yo volé igualito que él…”, nos dijo con la voz entre cortada. “Caí de una forma distinta. Esa fue mi suerte. Un verdadero milagro”, expresó.
Era 2005, en la Ciudad de México las motocicletas rugían mientras Sólo para mujeres, el show que llenaba teatros y desataba pasiones, rodaba un promocional. Entonces llegó un automóvil, una curva de destino, un impacto… y el silencio. Édgar murió. El Muñeco sobrevivió.
“Recuerdo los gritos… ‘¡Édgar, no te vayas!’, decían. Yo estaba en el piso, la pierna me dolía como nunca. Pero no podía imaginar que él no lo lograría”. El conductor del auto (Luis Pascacio Muguerza), dijo Armando, embistió con intención. Pero el castigo nunca llegó.
“Fue una burla… La justicia nunca se hizo presente. Y encima, a nosotros nos querían culpar. Que si no llevábamos casco, que si no teníamos permisos. Fue un insulto”, enfatizó.
La indignación lo persiguió por años. Y también la impotencia. Pero el tiempo se ha encargado de que El Muñeco deje el rencor y hoy todo se lo ha dejado a Dios. “Si tuviera enfrente al tipo que mató a Edgar, te juro que lo hubiera golpeado. Pero ahora ya no. Ya no quiero más violencia. Que Dios lo juzgue.”
Después del accidente, Armando cayó en una espiral emocional. Probó la terapia, sí, pero encontró su verdadera salvación en el ejercicio. “La mejor terapia fue regresar al gimnasio, dar clases de zumba. Me aferré al cuerpo para sanar el alma.”
“GANABA CINCO MIL PESOS POR SHOW”
A punto de cumplir 57 años, su energía sigue siendo eléctrica. El físico, envidiable. “Desde niño hago pesas, y aunque ya me doy mis gustitos con la comida, lo importante es la actitud. Eso te salva”, compartió.
La historia también tiene reconciliaciones. Hubo un tiempo en que Armando y Sergio Mayer se distanciaron. “Lo mandé a la fregada”, admitió. Pero los años, y un evento por la paz en Tepito, los reencontraron.
“Hablamos como hombres. Dijimos: ‘Ya basta de pleitos. México está para sumar, no para dividir’”, nos contó. Pese al gran suceso que era Sólo para mujeres en ese tiempo, confiesa que el sueldo era poco. “Ganaba cinco mil pesos por show”, reveló.
Sin embargo, su experiencia en Sólo para mujeres le sirvió para hacer su propio espectáculo. Me salí. “Me armé de valor... y fundé Piel caliente.” Con su nuevo grupo, convocó a Poncho Denigris, Ferdinando Valencia y Roberto Assad, entre otros. “Ahora yo era el productor, ya ganaba bien. Me fue mucho mejor.”
Las leyendas urbanas sobre los strippers famosos abundaban. Pero Armando aclara: “Jamás aceptamos irnos con ninguna mujer. Nosotros sabíamos el peligro que eso implicaba: maridos, celos, violencia. Nos cuidábamos muchísimo.”
Hoy, Armando González, a sus casi 57 años, sabe que cada día es un regalo. “Es un verdadero milagro que yo esté vivo”, concluyó.