La actriz y modelo española ya está en México para interpretar a la villanaza de Cuna de lobos
Texto: Alejandro Salazar Fotos: Archivo, Photo AMC
¡Terminó el mistero! La actriz y modelo española Paz Vega interpretará a Catalina Creel en la nueva versión de Cuna de lobos que se realizará como parte del proyecto Fábrica de sueños, antología de 12 dramas que, en formato de 25 capítulos, revivirá las telenovelas más exitosas de las últimas décadas. Culminan así meses de especulaciones en torno al proyecto a cargo de Giselle González y para cuyo rol de “La madre de todas las villanas” se barajaron los nombres de Laura Zapata, Leticia Calderón, Rebecca Jones y Angélica Rivera, entre otros. La sevillana de 43 años, popular por su participación en las películas Lucía y el sexo (2001), de Julio Médem, y Hable con ella (2002), de Pedro Almodóvar, llegó el lunes pasa- do a la Ciudad de México y explicó a Televisa Espectáculos por qué aceptó dar vida a una de las antagonistas más emblemáticas en la historia de las tele- novelas latinoamericanas, misma que consagró a María Rubio.
“El proyecto en sí, la historia, el personaje... Cuando leí el primer capítulo pedí que me mandaran dos más y dije: ‘¡Qué historia tan potente, qué personaje tan bonito!’. Y bueno, Catalina es un reto precisamente porque es un personaje que es importante para el imaginario colectivo mexicano y también latinamericano”. Las grabaciones de Cuna de lobos comienzan este lunes en la Ciudad de México, por lo que de inmediato Paz Vega se sometió a pruebas de maquillaje y peinado. “Estoy muy contenta de volver acá con un proyecto tan bonito y tan impresionante. Estoy muy emocionada y con mucha ilusión”. QUERÍAN A CATALINA CREEL PARA PRESIDENTA Magistralmente interpretada por María Rubio, la matriarca millonaria del parche en el ojo derecho, imponente peinado y maquiavélico tono de voz cometió innumerables atrocidades en la trama de Cuna de lobos (1986). Su descontrolado amor maternal la llevó a convertirse en una asesina en serie capaz de electrocutar a un policía, robar niños... ¡y hasta envenenar a su propio marido para tomar el control de sus empresas! Vaya, terminó con su propia vida como pocos imaginaban: tras saber- se autora intelectual de la muerte de su hijo Alejandro (Alejandro Camacho), se suicida envenenándose para no ir a la cárcel. Sus villanías tuvieron tal trascendencia que, luego de transmitirse el capítulo final, Jacobo Zabludovsky comenzó su noticiario 24 horas diciendo: “Esta noche, usted y yo podremos dormir tranquilos. A las 9:38 p.m., Catalina Creel ha muerto”. Para crearlo, el escritor Carlos Olmos tomó como referencia el personaje interpretado por la actriz estadounidense Bette Davis en la película El aniversario (1968). La popularidad alcanzada por su versión mexicana llegó a ser tal que, en víspera de elecciones, aparecieron en diversas partes del país carteles y pintas de barda con la leyenda en grafiti: “¡Catalina Creel para presidenta!”. “CUANDO LEÍ EL GUION SUPE QUE SERÍA EL MEJOR PAPEL DE MI CARRERA”, CONFESÓ Además de signar la vida profesional y personal de María Rubio, esta caracterización la llevó a obtener tal fama que nadie en la vida real quería acercársele. También le reportó dificultades para conseguir trabajo, ya que los productores no la llamaban por dos razones: por no tener papeles de esa magnitud y por la falsa creencia de que solicitaría un salario estratosférico. “No creo volver a tener un personaje como ése. Son cosas que se dan una sola vez en la vida; de hecho, cuando leí el guion supe que sería el mejor papel de mi carrera, y afortunadamente tuve la oportunidad de hacerlo”, comentó alguna vez la actriz, quien en la V Entrega de los Premios TVyNovelas (1987) obtuvo dos preseas por su interpretación de la temible y también odiada villana: uno como Mejor Actriz Antagónica y otro como Mejor Primera Actriz. “Eso sí, nunca me casé con Catalina Creel. La enterré en su momento y ahora vive en mi recuerdo”, decía la intérprete, quien falleció el 1 de marzo de 2018. SU MALDAD NO CONOCIÓ LÍMITES ASESINA EN SERIE Ahorcó, envenenó, ahogó, robó, electrocutó... Todo era capaz de hacer con tal de saciar su hambre de poder. ¡Ni su familia se salvaba!
