MARLENE FAVELA se irá de México para vivir esta etapa con su esposo, GEORGE SEELY: “Queremos que venga un bebé feliz”
Texto: Nayb Canaán Fotos: Edson Vázquez
La ilusión y la alegría embargan por completo a Marlene Favela, quien en menos de cinco meses se convertirá en madre por primera vez. La actriz vive el sueño de su vida y ya alista maletas para disfrutar junto con su esposo, George Seely, esta maravillosa etapa en Australia, donde fijaron residencia luego de casarse, aunque ella, por sus compromisos artísticos, viaje constantemente a México. De 41 años, la originaria de Santiago Papasquiaro, Durango, nos cuenta cómo han transcurrido estos días en los que ha sido mimada por su madre, la persona que no la ha desamparado ni un instante desde que se enteró de la gran noticia. “MI ESPOSO LLORÓ Y BRINCÓ” Finalmente se te cumplió el sueño de embarazarte, pero ¿por qué lo ocultaste al principio? (Risas). Lo que pasa es que no lo podíamos decir hasta que todo estuviera perfectamente bien. Había que dejar que todo fluyera, y ahora estoy feliz, muy contenta, agradecida de que se haya dado. El universo conspiró para que sucediera. Tu esposo te había pedido un bebé como regalo de aniversario, ¿qué te dijo cuando supo la noticia? ¡Bueno! Lloró, brincó... O sea, lo invadió la felicidad absoluta. ¿Cómo te has sentido estos meses? ¿Has tenido síntomas básicos de un embarazo? No. He tenido un embarazo tan bonito... Ha sido como... A ver, tuve una semana de poquitos ascos, pero era como que la comida no me sabía bien, como que tenía un sabor raro; sentía que olía demasiado. Por ejemplo, iba en la calle y olía el drenaje, pasaban los tamales y los olía, era como un trauma porque me llegaban muy fuertes los olores, pero ya se me quitó, ahora todo está bien. La gente me dice que soy muy bendecida porque muchas mujeres la pasan mal, con mareos, sueño, vómitos... Afortunadamente este bebé se está portando muy bien. ¿Te han saturado con tantos consejos en esta etapa? ¡Sí, me tienen loca! (risas). Cada quien me dice cosas diferentes; hay quienes dicen: “Si es niño, te sale la pancita picuda. Si es niña, es redonda. Si vomitas, esto, si no, lo otro...”. Es mucha información. Yo trato de leer, pero al final le hago más caso a mis doctores, porque además, cada embarazo es completamente distinto y cada mujer es diferente. No me puedo guiar por un consejo, aunque admito que sí sirve la experiencia de otras personas.