JUAN OSORIO estuvo internado en el hospital, y en exclusiva nos cuenta qué le pasó y cómo se encuentra ahora
TEXTO: GABRIELA DE LOS SANTOS • FOTOGRAFÍAS: EDSON VÁZQUEZ, JOSÉ LUIS RAMOS, TW JUAN OSORIO
Juan Osorio tiene tres aplicaciones de insulina al día, toma pastillas y cuida su alimentación; esa es su fórmula para controlar sus niveles de glucosa por la diabetes que padece. Por las noches, prende un cirio y reza el rosario a la Virgen de Medjugorje, pide por su madre de 89 años, su familia, y equipo de trabajo: “La fe mueve cualquier obstáculo”, nos aseguró. Por ahora, el productor se encuentra en casa, tranquilo y escribiendo la nueva historia que traerá a la pantalla: ¡Qué pasa con mi familia! Esta cuarentena le ha servido para generar conciencia, pues desde antes ya se encontraba en confinamiento, y no precisamente por el coronavirus.
Luego de que disfrutara el sabor del éxito con la historia Soltero con hijas, su cuerpo sufrió una descompensación, tuvo una deshidratación interna que lo llevó a estar cinco días internado en el hospital. Ahí comenzó el miedo: “Imaginé lo peor, porque sabes que vas a entrar, pero no sabes si vas a salir”, narró en exclusiva para TVyNovelas. Afortunadamente salió con el pie derecho, pero sin saber que se avecinaba una crisis: la pandemia del COVID-19.
“LLEVABA CINCO AÑOS SIN TOMAR UN DESCANSO”
¿Cómo se encuentra?
Guardadito en casa. Llevaba cinco años sin tomar un descanso, por lo tanto, me vino muy bien; ya había pedido retirarme un mes, y con esta cuarentena he hecho cosas en casa, mi jardín, recámara y estoy con mis perros. Son días de hacer conciencia y ser responsable con lo que está pasando. He disfrutado es- tos días, pero también debo admitir que tengo mucho miedo.
¿Cómo está de salud?
Nadie supo, pero cuando terminé Soltero con hijas me sentía mal, llamé a mi internista, la doctora Karla, que es un ángel para mí, y automáticamente me internó. Tenía una descompensación de salud, así que estuve una semana en el hospital.
¿A qué se debió esta descompensación?
Fue una deshidratación interna muy fuerte a causa de todo el estrés al que estás sometido, responsabilidad que tienes, los cambios de temperatura en Acapulco; a veces estaba en la playa grabando hasta a 37 °C, y después cambiaba a un lugar con aire acondicionado. A eso hay que agregarle la alimentación, que no era la adecuada, te llevas cualquier cosa a la boca y se termina sumando todo.
¿Qué pasó después?
En esos días internado, tuve la fortuna de que se me reforzaran las células. Imagínate, lo de la diabetes ya lo traía en 450, estuvo difícil, salí un viernes, me mandaron a reposo a casa, y automáticamente se disparó esta pandemia. Desde ese día no salgo, a esto le tengo mucho respeto y miedo. Yo sí creo que hay ciclos, y en algún momento dado, todos nos podemos morir.
“A LA MUERTE LE TENGO RESPETO”
¿Tuvo miedo en esos días?
Sí, mucho, me dijeron que me tenían que internar, me imaginé lo peor, porque sabes que vas a entrar, pero no sabes si vas a salir. Tenía miedo de que mi enfermedad estuviera fuera de control, y después en el hospital pensaba en los contagios.
¿Le tiene miedo a la muerte?
Siento que a la muerte no le tengo miedo, le tengo respeto, pero sí al cómo morir. No es lo mismo que te llegue en paz, a que sufras o estés en agonía, eso sí me aterra.
Sin duda, el hospital es un lugar con riesgo de contagios...
En el momento que científicamente no tengamos el control sobre una infección así, nunca sabes cómo te va a atacar, y alguien como tu servidor, que es vulnerable por una enfermedad crónica que está pegada a mí, debo tener mucho cuidado, porque a la primera, me descuido y se me va... ¡Vámonos!
¿Le dieron cuidados especiales por su padecimiento de diabetes?
El mejor cuidado es la alimentación y el ejercicio. Tengo mi parámetro de glucosa entre 120-170, una cosa increíble. Estoy también bajo insulina: tres aplicaciones durante un día y un tratamiento de pastillas, eso me ha ayudado a estar dentro de los niveles permitidos. No he perdido peso, me siento bien y trato de cuidarme lo más posible para no caer en un error.
Los hijos se preocupan, ¿están más al pendiente?
Miriam viene una vez por semana a ver-me; Emilio me dice que quiere venir, pero se queda en su casa, no está permitido, estamos haciendo videollamadas y no hemos parado. Hace unos días estrenamos a nivel nacional su sencillo Danzón. Quedó padrísimo y le tenemos mucha fe. Sabrina está estudiando su maestría en Barcelona, pero gracias a Dios está bien.
Y justo hace unos días España era el índice de más contagios, ¿cómo vivió eso desde acá?
Muy preocupado, ella tenía un cuadro gripal; su madre y yo estábamos desesperados porque no sabíamos qué hacer; de mi parte no quería que tomara algún avión de regreso, y había que tomar una decisión con mucho cálculo y frialdad. Finalmente, le pedimos que se quedara encerrada en su casa, y fue lo mejor, sigue ahí encerrada y adelante con sus estudios.
Nunca se deja de preocupar uno por los hijos...
Eso es ya una responsabilidad y amor que tienes hasta el último minuto de vida, hasta que dejas de ser papá y mamá. Nosotros como papás siempre queremos darles la mayor protección y cuidado, y ellos a ti, es una cadenita.
Y luego uno se convierte en hijo de los hijos...
Mi madre, que aún vive (tiene 89 años), me cuenta que a ella de chiquita le tocó vivir la colita de la Revolución, cuando escondían a las niñas en los túneles para que no se las llevaran, y después vino la etapa de la hambruna. A ella la tengo aislada ahora y está bien, lo que me platica se lo digo a mis hijos. Los padres se vuelven como hijos, y de una u otra manera, se repite la situación y tienes que vivirlo; hoy tenemos un virus que rebasa la ciencia y te haces chiquitito.
“ESTOY PREPARANDO LA NOVELA ¡QUÉ PASA CON MI FAMILIA!”
¿Ya prepara su nueva historia?
Así es, estoy tranquilo, leyendo mucho y preparando la novela ¡Qué pasa con mi familia!, y estoy muy contento de cómo se está desarrollando con los escritores. Hablaba con mi jefe, el licenciado Murguía, y le dije que estaba listo, que esta iba a ser la mejor telenovela de mi carrera, así lo pienso. Estoy motivado, físicamente bien, y de salud también.
¿Probará en alguna ciudad?
Yo creo que será Guanajuato, es un lugar difícil para grabar, pero quiero esa arquitectura; tiene un reparto bonito y le voy a echar todos los kilos. No sé qué pase adelante, lo que sí sé, es que si Dios me da la oportunidad de regresar a los foros, será con la mejor novela.
Esta nueva historia va a ser una buena noticia para su público...
Estoy contento, pero también tengo una fecha para retirarme como productor. Quizá me quede como un asesor si la empresa me lo permite. Me gusta esta parte de mi casa, descansar y tener calidad de vida.
¿Esta producción será una despedida?
Todavía no ha llegado el momento, espero cuatro o cinco años más, pero sí voy preparando una retirada con mucha dignidad y, sobre todo, para dejar huella.
¿Qué es lo que ve en el camino si se va a 1986 con la historia El Padre Gallo, una de sus primeras producciones?
A esos 30 años que tenía yo más energía, la inmadurez era otra y el atrevimiento también; soy más analista para tomar decisiones, en esa época mi juventud no me lo permitía. Veo la evolución de la televisión, contenido, el nivel actoral, la competencia, y valoro seguir, estar dentro de los productores más rentables de la empresa, independientemente de muchas alegrías, dolores, sacrificios...
¿Algo que quiera agregar?
Pedirle a toda la gente que se quede en su casa; hagamos el sacrificio y cuidémonos. Me siento triste de ver cómo se ha portado mucha gente con los héroes del servicio médico, ellos ponen en riesgo su vida por sanar a muchos contagia- dos, y no es justo... Que no se nos olvide la calidad humana, les pido mucho res- peto para ellos, esa es mi petición con toda humildad.
