ANA VICTORIA nos habló en exclusiva sobre su boda con MICHAEL VILLALOBOS en California, y su luna de miel en Hawai
TEXTO: LILIANA LEJARAZU FOTOS: CORTESÍA ANA VICTORIA
Luego de postergar en dos ocasiones su boda con el estadounidense Michael Villalobos, Ana Victoria por fin dio el “sí, acepto” en la Catedral de San Carlos Borromeo, en Monterey, California, el pasado 14 de septiembre en compañía de familiares y amigos, quienes tuvieron oportunidad de conocer los alrededores debido a que la boda fue por la mañana, y la fiesta hasta la tarde. La recepción se realizó en The Club at Pasadera, y al día siguiente los novios se fueron de luna de miel a Hawai, donde la pasaron tan bien que decidieron alargar su estancia, se quedaron en total nueve días, y en exclusiva, la hija de Amanda Miguel y Diego Verdaguer nos compartió las fotos del inolvidable viaje y su enlace matrimonial. “LE DIJE A MICHAEL: ‘ME TIENES QUE DAR BIEN EL BESO, PORQUE SI NO, SE VA A VER BIEN RIDÍCULO’” ¿Cuáles fueron las razones por las que se postergó dos veces la boda? La primera vez se postergó porque la fecha en que nosotros queríamos casarnos coincidía con la de un compromiso contractual de mis papás que no podían cancelar; yo fui un poquito fuerte con ellos, y me siento un poco mal de haberlos hecho sentir así; al final, a esto nos dedicamos y nosotros tenemos que responder a los empresarios, pero realmente creo que nos faltó organización interna para que sucedieran las cosas en aquella época, pero por algo pasan, porque ese año que se retrasó la boda nos ayudó muchísimo a Michael y a mí para trabajar en nuestra relación y fortalecer nuestros lazos en todos los sentidos.
¿Y la segunda ocasión qué pasó? Teníamos varias ideas, nos queríamos casar primero en Valle de Guadalupe, en Ensenada, y después hubo un rollo de logística con los abuelitos, que si los íbamos a poder viajar, entonces dijimos. “Vamos a hacerlo en Estados Unidos”; pensamos en Los Ángeles, y el lugar que nos gustaba no coincidía con la iglesia. Finalmente encontramos un lugar en Monterey, California, que coincidía todo. Finalmente llegó la fecha, el 14 de septiembre... Sí, una fecha que por un lado fue complicada porque muchos amigos míos estaban ocupados; de hecho, mis padres tenían un posible concierto porque son las fiestas patrias de México; sin embargo, fue muy especial y mágico, nos tocó Luna llena, el clima estuvo espectacular... Para la mayoría de los invitados fue una boda destino, entonces, lo que hicieron fue convertirla en una vacación; igual hubo temas de logística: la unión fue en la mañana y la recepción en la tarde. Estábamos preocupados por qué iba a hacer la gente con tanto tiempo, pero al final dijimos: “es mejor, porque los que vienen de lejos podrán conocer un poco”, y les compartimos lugares que podían ir a visitar que han formado parte de nuestra historia. ¿A qué hora fueron la boda y la fiesta? La boda fue a las 11:11 de la mañana, y la recepción a las 5 de la tarde; sí hubo tiempo para que cada quien hiciera lo que quisiera. ¿Cómo estuviste ese día? Estaba cómoda, segura. Realmente la celebración para mí empezó una semana antes cuando comenzaron a llegar amigos de otros países para estar conmigo en la despedida de soltera que hice en San Diego, y tenía la casa llena de amigas, compartí muchísimo, así que estuve disfrutando desde antes, y para el momento de la boda ya estaba supertranquila, lista para dar ese paso, ya quería que sucediera, que dijeran: “Ya puede besar a la novia”, y le dije a Michael: “Me tienes que dar bien el beso, porque si no, se va a ver bien ridículo (risas)”. Fue un día muy bonito, la iglesia estaba llena hasta la última banca, llegaron todos los invitados, fuimos más de 200 personas. ¿Lloraste en la misa? No, ninguno de los dos; estaba segura de que yo iba a llorar mucho. Un día antes estuvimos en el ensayo, porque en Estados Unidos es así, y ahí sí era una Magdalena, lloraba con todos y decía: “En la boda va a ser terrible, se me va caer la pestaña postiza”, que por cierto no quería usarlas porque las odio y le dije a mi maquillista: “No me las pongas”, y la convencí y estaba muy contenta porque si lloraba no se me iban a caer.
¿Cuál dirías que fue el momento más especial de la boda? Cuando llegué de la mano de mis papás a la iglesia fue una entrada triunfal; cuando estábamos los tres parados juntos, el proceso de caminar y ver a toda la gente viéndonos fue un momento muy especial e inolvidable. ¿Quién diseñó tu vestido? Es de Rosa Clará, es un vestido que realmente fue una elección de último momento, porque yo ya estaba comprando otro y en una de las pruebas le dije a la señorita: “Me voy a probar este otro vestido que acabo de ver”, y cuando me lo puse aseguré: “Abortamos misión con el primero, este es el vestido que me voy a poner”, me lo quedé y me encantó. Yo me diseñé una capa muy bonita, porque como en Monterey hace un poco de frío, necesitaba tener algo abrigadito. ¿Usaste un solo vestido? Sí, yo la comodidad ante todo, por favor; de hecho, mis zapatos eran unos tenis y estuve cómoda todo el día. “EL BAILE FUE MUY ESPECIAL CON LA CANCIÓN TIGHTROPE DEL SOUNDTRACK DE LA PELÍCULA THE GREATEST SHOWMAN” ¿Qué canción de novios bailaron? El baile con él fue muy especial con la canción Tightrope del soundtrack de la película The Greatest Showman, que nos encanta desde que la vimos, aparte llorábamos horrible con esa película. Y esa canción, que en español se llama Cuerda floja, me encanta porque habla de que nunca sabes, y lo bonito de una relación es que tienes que vivir el presente, sin tener tantas expectativas y aprender; entonces, por eso es muy especial, teníamos una coreografía y estábamos muy nerviosos, pero a la hora de la hora conectamos y fluyó muy bonito todo.
¿Cómo les fue de luna de miel? Esa fue otra sorpresa porque yo no sabía que nos íbamos de luna de miel al día siguiente de la boda; entonces, cuando acabó la fiesta me dijo Michael: “Bueno, vamos al hotel”, que fue el Spindrift –está precioso, al borde del mar en Monterey, California–, y teníamos un vuelo muy temprano al día siguiente, saliendo de San José a Hawai; llegamos al hotel y la cama estaba preciosa, llena de pétalos, ¡divino! Y fue una magia total. ¿Ya habías ido a Hawai? Ya, había ido a Oahu, pero nunca había ido a Maui, que fue donde estuvimos la mayor parte del tiempo; exploramos, conocimos, esnorqueleamos, fuimos a las cuevas de lava, vimos una cantidad de tortugas, de pececitos preciosos... Hicimos todo lo que podíamos hacer hasta el punto de que dije: “Ya, por favor, hoy nos vamos a quedar todo el día en el hotel”. La pasamos hermoso y no queríamos irnos, por lo que nos quedamos dos días más, en total estuvimos nueve. ¿Quieren encargar bebé pronto? Todavía no, ahora queremos disfrutar esta etapa; yo todavía tengo varias ideas que quiero concretar creativamente con la música, con mi carrera, y creo que tener un bebé en este momento me ocuparía demasiado. Soy tan detallista, que el día que lo tenga voy a estar de tiempo completo con él al menos unos años, entonces, creo que por ahora tenemos otras prioridades y queremos disfrutar el tiempo que nos queda. Compramos una casita y estamos radicando en Pasadena, California.
