Marvel Studios lo vuelve a hacer: con Doctor Strange - Hechicer Supremo, llega la mejor película de superhéroes del año
Cuando nos referimos a “la magia del cine” solemos referirnos a todos esos elementos, tanto narrativos como técnicos, que nos llevan a lugares lejanos de nuestra imaginación, haciéndonos olvidar nuestros problemas reales, creyéndonos co-protagonistas (a modo de testigo observador de los hechos) de historias en universos que son un reflejo fantástico del nuestro.
Durante la última década y media, Marve Studios (bien dirigida por el emporio Disney) ha sabido controlar esta magia, la cual consiste en hacer realidad los deseos y sueños de los amantes del llamado noveno arte: el mundo de los cómics y las novelas gráficas. Desde Spider-Man, Hulk, pasando por Iron Man, el Capitán América y más recientemente Doctor Strange, no hay historia muy grande o muy pequeña para ser contada.
En Doctor Strange, podemos notar una obviedad que no había sido revelada masivamente aún: Benedecit Cumberbatch es uno de los actores más talentosos del momento. Su papel en la extraordinaria serie Sherlock le abrió de par en par las puertas del séptimo arte. En él ha demostrado lo camaleónico actor que es, haciéndose cargo de cualquier tipo de personaje.
El actor británico demuestra sentirse como pez en el agua. El personaje parece escrito, sin duda, para él: Benedict Cumberbatch no interpreta a un excelente Doctor Strange; el personaje es adaptado para él, quien tiene un gran blockbuster a sus pies para lucirse completamente en pantalla. Además, el resto de los personajes interpretados por Chiwetel Ejiofor, Tilda Swinton y Mads Mikkelsen están enormemente desaprovechados, lo cual resulta una ventaja narrativa para conocer el origen del personaje.
No cabe duda de que todos esperaban que Doctor Strange fuera impecable en la interpretación de su protagónico y el desarrollo de la trama, uno de los aspectos esenciales en toda película de Marvel, y así es, pero la clave es que aquí no estamos hablando de un personaje con superpoderes, sino de magia. Habrá que ver si esa distinción crea problemas en el futuro, pero en el filme sirve para darle un toque diferenciador que le permite ser completamente diferente a historias como las de Superman, Thor o incluso los mismos Vengadores. Esto es lo que hace especial a la cinta: la magia, el misticismo.
En definitiva, Doctor Strange supone un gran paso delante de Marvel a la hora de ampliar lo que ha hecho que sus películas funcionen tan bien entre el público al introducir en escena la magia. Los productores han sabido cómo introducir un nuevo personaje y ampliar de forma notable el universo con tanta efectividad que sólo queda al espectador descubrirse ante ellos. Tras un año lleno de decepciones en el cine, Doctor Strange demuestra que no hace falta llegar a las dos horas para volver a hacer interesante el cine de superhéroes.
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