Este 11 de junio, Netflix estrenó el documental “Titán: El desastre de OceanGate”, una producción de 111 minutos dirigida por Mark Monroe, que ahonda en la tragedia del sumergible Titán, el cual sufrió una implosión fatal el 18 de junio de 2023 durante una inmersión a los restos del Titanic en el océano Atlántico.
La cinta retrata el ascenso y caída del ambicioso proyecto de Stockton Rush, CEO de OceanGate, quien soñaba con hacer del turismo submarino una experiencia exclusiva. Sin embargo, el documental revela cómo sus decisiones pusieron en riesgo la vida humana al anteponer la innovación y la fama sobre la seguridad.
Tragedia del Titán: las advertencias ignoradas y las decisiones cuestionables
Uno de los puntos más alarmantes es el uso de un casco de fibra de carbono, un material que no había sido testeado bajo presiones extremas. Expertos entrevistados afirman que esto representaba una violación a los estándares de seguridad marina y fue uno de los factores críticos de la tragedia.
El documental revela que varios empleados, como David Lochridge, exdirector de operaciones de OceanGate, advirtieron sobre estas fallas técnicas. Lochridge fue despedido tras presentar un informe que calificaba al Titán de “inseguro e inestable”.
Testimonios de excolaboradores describen una cultura interna de silencio y censura, donde quienes se oponían a Rush eran rápidamente excluidos. Incluso, se muestra el caso de Bonnie Carl, una contadora que fue propuesta como piloto del Titán, a lo que respondió: “¿Estás loco? Yo soy contadora.”
La implosión se produjo a más de 3,800 metros de profundidad. Según expertos consultados en el documental, la estructura del Titán estaba condenada desde su diseño. “No había forma de saber cuándo iba a colapsar el Titán. Pero había una certeza matemática de que colapsaría”, se escucha decir a uno de los entrevistados.
El descenso final y la implosión inevitable: ¿cómo ocurrió la tragedia?
El día del accidente, el Titán perdió comunicación con la superficie una hora y 45 minutos después de iniciar el descenso. Cuatro días más tarde, se confirmó la implosión catastrófica cerca de los restos del Titanic. Todos los tripulantes murieron instantáneamente.
El documental de Netflix incluye material exclusivo, como audios internos, imágenes nunca antes vistas del interior del sumergible y declaraciones de familiares de las víctimas, entre ellos la hija del experto francés Paul-Henri Nargeolet.
También se expone cómo OceanGate ignoró reportes externos, incluyendo advertencias de científicos oceánicos y empresas que se negaron a certificar el sumergible. La frase más impactante del documental: “El desastre no fue un accidente, fue una consecuencia inevitable.”
Una reflexión sobre los límites de la exploración humana
Más allá del accidente, la producción plantea una fuerte crítica al vacío legal que permite que empresas como OceanGate operen sin fiscalización. “La innovación sin regulación puede matar”, sentencia uno de los expertos entrevistados.
El documental también dedica minutos al descubrimiento de la bacteria Halomonas titanicae, un microorganismo que está descomponiendo el Titanic. Esta observación agrega un componente científico que conecta la fragilidad del pasado con los riesgos del presente.
NO TE PIERDAS:
