CARLOS CÁMARA ha sido rechazado por su perfil a la hora de conseguir un personaje en una telenovela
Texto: Nayib Canaán Fotos: José Luis Ramos, archivo
Nunca fue el galán de las telenovelas, pero como villano se ha lucido en grandes producciones internacionales. Además, personajes característicos permanecen en el recuerdo del público que sigue las apasionantes historias de amor que tanto lo entretienen. Carlos Cámara se mantiene activo en la pantalla con La rosa de Guadalupe y Como dice el dicho mientras busca una oportunidad de peso como las que tuvo hace algunos años cuando llegó a México para continuar su carrera que ya era reconocida en su natal Venezuela. El hijo del fallecido primer actor Carlos Cámara reflexiona sobre la situación que enfrentan los artistas de su edad y de su perfil, dejando claro que el camino cada vez se les complica más. “TENGO PERFIL EUROPEO Y AQUÍ NO LES GUSTA” En esta época de castings, ¿qué ha sido lo más difícil? Tal vez sea competir con actores de mi edad que han sido protagonistas y ahora quieren ser villanos. Es difícil cuando no toman en cuenta los años de trayectoria; si no estás en el perfil que los productores buscan, simplemente no quedas. ¿Qué buscan ahora los productores? Creo que no se quieren salir de los perfiles. Me ha costado mucho en- tenderlo, porque no importa lo buen actor que seas, pues tiene más peso la imagen. ¿Imaginaste que iba a llegar el momento en que te tocaría vivir de audición en audición? ¡No! Y es que el primer casting que hice en mi vida fue para la telenovela Amor real, en 2003. Carla Estrada tenía la duda de incluirme en el proyecto por mi acento, entonces me dieron la oportunidad de formarme. Mi primera escena fue con Fernando Colunga, imagínate el tipo de reto al que me metí. ¿Afecta al ego esta situación? No sé si afecte, pero duele. Duele que no volteen a ver otra cosa, que se pongan como los caballos y no quieran voltear. Hice recientemente un casting en Argos, pero me rechazaron porque no tenía el pelo negro. Entonces le pregunté al director que para qué me ponía a hacer pruebas si desde el principio no es lo que buscaban. Siempre estoy en desventaja, aun siendo latino. Lo que pasa es que tengo un perfil un poco anglo, como europeo, y aquí en México no les gusta. “LOS GALANES SUFREN MUCHO” ¿Nunca anhelaste un protagónico? No, me complace haber hecho cualquier tipo de personajes, eso me llena más que el primer crédito. Siento que los galanes sufren mucho y no quisiera estar en su pellejo. ¿Por qué crees que sufren? Porque cuando están consentidos todo el tiempo, son cabeza de león, permanecen siempre arriba y luego deben bajar, ese golpe duele mucho. Igual les afecta la bajada. Claro, esto no quiere decir que yo no lo hubiera querido, si Dios me hubiese dado un look más agradable otra cosa sería. Lo cierto es que la oportunidad no llegó... Lo que pasa es que a mí me encasillaron. Y había primeros actores que me defendían, decían que yo podía hacer algo más que un villano. Sin embargo, no dejé que eso me afectara, porque a mí me encanta actuar, disfruto cualquier personaje. ¿Has cometido muchos errores en la carrera? Claro, todos lo hemos cometido. Yo he aceptado personajes que no he debido aceptar, es que pensé que me iban a ayudar. ¿A qué roles me refiero? A violadores, por ejemplo. También he sido víctima de mi propia inmadurez; hubo un momento en el que gasté mucho dinero rentando casa, después de trabajar con Emilio Larrosa en Mujer de madera (2004) decidí seguir pagando la vivienda que la producción me había asignado. Eran más de 23 mil pesos en esa época, lo que ahora representa el doble. Pasé cuatro años cometiendo esa torpeza, pero luego aprendí.