Todos en algún momento de nuestra vida hemos dicho que nos rompieron el corazón, pero nadie te lo rompe, tú te lo rompes.
Sientes que todo terminó, que el mundo no gira, que el tiempo no pasa, no te quieres levantar, no quieres continuar, lloras todos los días, se te van hasta las ganas de vivir, el dolor que sientes te está matando y no sabes qué hacer, tu vida no tiene sentido, no quieres comer, no puedes dormir.
Todas estas situaciones te pasan cuando sientes que te rompieron el corazón. Sin embargo, entre más vivimos experiencias y conocemos a más personas, nos damos cuenta de que el patrón que sigues cuando alguien te rompe el corazón es realmente algo que tú aceptas repetitivamente. Tú eres quien te rompe el corazón.
Deja de idealizar a las personas, de apresurarte a crear historias con alguien que apenas has conocido, sana heridas del pasado y empieza a aceptarte cómo eres. Comprende que no sólo es culpa de tu ex-pareja o tus inseguridades, sino también de tu incapacidad de leer las señales, de estar consciente de lo que necesitas y quién te lo puede ofrecer. Tienes que dejar de romperte el corazón y decidir primero qué quieres. Todos los amores son válidos, con o sin compromiso, pero tenlo claro y exprésalo.
Nunca esperes nada de nadie y así no serás defraudado. Suerte a aquellas personas que les den y les sorprendan día a día y enhorabuena. A los que no, adelante.
TEXTO: MIGUEL SORIA CASTAÑEDA
INFORMACIÓN: CULTURA COLECTIVA Y SALUD 180.