La actriz revela que aceptó entrar a La casa de los famosos México tras un cambio personal vinculado a su familia
Las sorpresas no paran en La casa de los famosos México rumbo a su tercera temporada, y Dalilah Polanco es una de las participantes confirmadas, lo que ha generado grandes expectativas en la audiencia.
En exclusiva, la actriz nos cuenta qué tan preparada llega a la competencia: “Estoy a la expectativa de saber qué va a suceder en un lugar nuevo, en un nuevo proyecto en mi vida. Espero que todo esté bien, que nos llevemos bien, que abunden los buenos momentos y que lo malo no sea lo que importe en esta casa”.
Dalilah confiesa que había descartado La casa de los famosos de sus planes, pero la vida la llevó por este camino: “Estaba muy segura del ‘no’ hasta que estuve muy segura del ‘sí’. No fue que me costara trabajo; tenía clara mi respuesta, pero eso cambió. Un evento familiar modificó mi decisión: mi abuela ya no está, y por eso dije que sí”.
“SOY MUY MALA PARA EL CONTACTO HUMANO”
Sobre su facilidad para convivir en un espacio cerrado, Dalilah admite: “Soy muy buena para convivir, pero muy mala para el contacto humano. Es importante darte cuenta de que eres buena en algo y, a la vez, mala en lo mismo”, señala.
“Creo que nunca estás preparado para lo que viene. No sabes si el siguiente paso será una caída brutal o un momento de risa. No estamos preparados para nada, y así voy: a ver qué pasa”.
Dalilah se declara contenta por el cariño recibido de compañeros, amigos y familiares, quienes la han llenado de mensajes positivos: “La verdad, estoy muy feliz. Tanto cariño me llena el corazón, aunque me aterra un poco que todos supieran que era yo. Jugué el juego como debía, sin decirle a nadie. Ahora, a esperar lo que viene y que quienes me apoyen hagan mucho mitote”.
La actriz revela cómo mantuvo el secreto de su ingreso a este proyecto: “Mentí por todos lados, diciendo que no estaría en México. Bueno, no mentí tanto: dije que estaría fuera algunas semanas. Fue más una omisión; decía verdades a medias. Pero, al final, todo está en orden. Sólo es una pausa”, destaca.
Dalilah confiesa ser fanática del orden y la limpieza, aunque espera adaptarse a los hábitos de sus compañeros: “Espero no tener que limpiar todo el tiempo. Quisiera descansar de las labores del hogar, pero siento que tendré que poner un poco de orden. No sé qué pasará; soy muy obsesiva con el orden, pero voy a fingir indiferencia para no terminar llorando en una esquina”, concluye.