La actriz recuerda su tormentosa relación con Fernando Carrillo, habla del romance con Juan Ferrara y confiesa el dolor por la salud de su padre
Con una honestidad que conmueve, la actriz Adriana Fonseca abrió su corazón en una entrevista exclusiva que concedió en el podcast de TVyNovelas, donde reveló los desafíos más íntimos de su vida.
En el video completo podrás ver cómo se sinceró desde la dolorosa lucha por el deterioro de su padre, debido a la demencia, hasta las secuelas de siete cirugías por una bacteria que ella contrajo en un tratamiento estético, además de su turbulenta relación con Fernando Carrillo y su frustrado amor con Juan Ferrara.
Tuviste galanes de telenovela. Cuéntanos de Juan Ferrara, ¿cómo fue la relación?
Bueno, él ha sido el novio más grande que he tenido, pero es un hombre que cuando platicas con él se te cae la baba, es muy culto, todo lo que platica es superinteresante y tiene alma joven.
¿Te enamoraste de él?
Sí, me enamoré, pero la edad me pesaba. No me gustaba que me vieran con él, me sentía incómoda, casi lo negaba y no era justo porque él era bueno.
Además, era muy guapo...
Sí, a mi mamá le encantaba, él era como para mí mamá, pero a él siempre le han gustado las chamacas.
¿Hubo anillo?
No hubo, pero ya el hombre estaba con intenciones.
“ESTABA SALIENDO CON DOS MÁS AL MISMO TIEMPO”
¿Cuántos anillos has rechazado? ¿Fernando Carrillo te dio a anillo?
A Fernando se lo aventé.
¿Por?
Era muy difícil esa relación. Hubo muchas infidelidades, entonces fue en alguna de esas que por ahí le caché, porque aparte ya le había perdonado demasiadas y fue el colmo con la azafata del avión. Fue así de no puedo más y me acuerdo que le aventé el anillo muy feo.
¿Cómo te enamoro? ¿Estaban en la telenovela Rosalinda?
Él es muy coqueto, coqueteaba conmigo, con Thalía y con todas. Creo que estaba saliendo con dos más al mismo tiempo. Era muy cariñoso y cuando menos me di cuenta ya estábamos saliendo.
¿Lo volviste a ver después?
Sí y como que intentamos salir, pero un día fui a su departamento con una amiga mía y él estaba con varias señoritas. Entonces mi amiga me dijo: “Adriana, ¿qué haces aquí?” Y sí, ahí me di cuenta de que ese hombre no iba a cambiar. Aparte, a mi mamá no le gustaba, nadie de mi familia lo quería, y a los productores tampoco les gustaba que anduviera con él.