Hace seis años, los doctores le dijeron a Mariluz Bermúdez que tenía lupus, luego que era fibromialgia y después, artritis. Finalmente, y después de tantos estudios, llegaron a la conclusión de que se trataba de la enfermedad de Lyme, una infección bacteriana que se disemina a través de la picadura de uno de varios tipos de garrapatas.
Hoy, bastante tiempo después de aquel primer encuentro con este padecimiento, la actriz revela que en un momento de plenitud que le permite disfrutar su vida abrazando cada proceso que se le presenta en el camino.
“Estoy consciente de darme mucho amor, es un momento en el que me siento feliz con lo que tengo, agradeciendo el despertarme pudiendo disfrutar de un día más, además, México ha sido un país tan hermoso conmigo, me ha regalado tantas cosas maravillosas, que valoro todo lo que he construido”, nos dice la costarricense, admitiendo que todo está bajo control en su salud.
“Voy muy bien, muchas de las cosas que me afectan son emocionales, entonces, desde hace dos años y medio asisto a terapia de psicoanálisis, y otras diferentes terapias que me han ayudado mucho a entender mi vida y a darme ese amor propio del que tanto habla la gente. Entonces he comprendido de dónde tiene que venir ese amor que está en el cuidarte, en comer bien, hacer ejercicios, cuidar lo que piensas, lo que dices”.
Sin embargo, la protagonista de telenovelas como Las amazonas, asegura que en ocasiones se ha llegado a desesperar, pero después retoma la calma.
“Sí hay momentos en los que me siento cansada por tener un mal día, pero los pensamientos positivos me han ayudado a sanar, también sigo con tratamientos naturales, hierbas, entonces estoy muy bien y cada día voy mejor”.
Como toda enfermedad incurable, el lyme también le genera crisis que debe saber identificar para no caer en la hipocondría. “Tuve una recaída en abril por una situación con mi papá que lo operaron del corazón y las emociones me afectaron, o sea, todo detonó en ese aspecto, entonces me tocó ser consciente de eso y ver cómo podía trabajarlo porque yo no tengo control sobre eso, es que al final, Dios es el que se encarga de la vida de mi papá o de mi familia, sabiendo siempre que hay cosas que se escapan de mis manos y eso, precisamente, me dio mucha paz”.
Periódicamente, Mariluz se somete a una serie de análisis para controlar su padecimiento, mismo que sufren otras estrellas como Thalía y Justin Bieber.
“Obviamente es una enfermedad un poquito difícil, pero ahorita me volví a hacer estudios para ver cómo vamos, estoy a la espera de los resultados, pero yo me siento muy bien, también he aprendido a no victimizarme, a no permitir que la gente se compadezca, a que no le den tanta importancia y no me traten con lástima, por eso es tan importante repetirme todos los días que estoy; me ha funcionado muchísimo, me gusta hablarme bonito y decirme cosas lindas todo el tiempo”.
A sus 37 años, la intérprete se encuentra perfecta, reintegrándose al trabajo y comenzando a crear un nuevo personaje en la pantalla chica. “Me veo bien y mientras uno se vea así, lo demás no importa. Me alimento bien, hago ejercicio, voy a terapia, atiendo cada área de mi vida”.